La historia completa de la lechería argentina está escrita con letras de esfuerzo, de impulsos personales y familiares, con el condimento de pasión adecuado para sostenerse, dar pelea y avanzar a pesar de todo.
Eso se entiende cuando se mira de cerca la respuesta que está teniendo la disponibilidad de líneas de crédito, específicamente orientadas para el eslabón primario lechero.
En el marco de la 117° edición de la ExpoRural de Rafaela y la Región, este viernes se presentó una nueva alternativa de financiamiento de alcance nacional y a la vez, se entregaron las formalidades de los dos primeros créditos a tasa por completo subsidiada en la provincia de Santa Fe.
“Lo que hicimos es generar el vínculo entre las sociedades de garantías recíprocas, estando presente la Cámara que las nuclea para facilitar garantías a personas físicas, los productores y los bancos”, comenzó diciendo Sebastián Alconada a Bichos de Campo, luego del encuentro en el que unos 50 productores estuvieron presentes para conocer las opciones.
El Director Nacional de Lechería, que en la Rural de Palermo había firmado y lanzado la primera alternativa con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), ya agotada, ahora brindó detalles de esta que más allá de pagarse por litros de leche, la denominan de manera informal “Siglea/UVA”, que tiene un tope por cada beneficiario de 300 millones de pesos.
“El productor tiene que comprometer durante 60 meses 12 mil litros. Como son dos curvas y dos variables las que se miden, lo que se paga es una determinada cantidad de litros por mes y en función de cómo se mueva el precio de la leche que marca el Siglea (Sistema Integrado de Gestión de la Lechería), o la UVA (Unidad de Valor Adquisitivo). Si el Siglea le gana a la UVA el productor puede terminar devolviendo en menos meses el monto”.
¿Será posible? Según Alconada, “eso sucedió en una simulación que hicimos nosotros en etapas anteriores”, por tener tasa fija nominal anual.
El funcionario nacional que la fortaleza de este crédito es que “el productor siempre sabe lo que vale en litros de leche, puede terminar de pagarlo antes del plazo, pero siempre deberá lo mismo, por eso es importante poner de relieve el valor producto”, siempre orientados a la incorporación de tecnología y mejorar el bienestar animal.
De forma simbólica, se firmaron unos certificados de gran tamaño, a partir de los cuales se graficó la entrega de dos créditos que en los próximos días se monetizarán y podrán comenzar a materializarse en los campos, que son de la primera línea del BICE y que cuentan con tasa cero, subsidiada por el Gobierno de la Provincia de Santa Fe. Desde el lanzamiento de la línea a fines de julio, con seis meses de gracia y cinco años de plazo y tasa Siglea se analizaron 207 proyectos que estaban ya listos para avanzar, 187 fueron pre aprobados, correspondiendo el 30$ de ellos a Santa Fe, donde no se aplica la tasa del cinco por ciento extra.
Las Margaritas Agropecuaria, de Díaz en el departamento San Jerónimo, tuvo acceso a 140 millones de pesos para la compra de un equipo de ordeño, uno de frío y un recuperador de calor, contando con el aval de la empresa láctea Verónica, con lo que podrán duplicar su capacidad productiva.
En tanto, Beltramino Agropecuaria y Beltramino Raúl Tito, ambas empresas de una misma familia, que desde Eusebia en el departamento Castellanos producen materia prima que provee a Miguel Peiretti S.R.L (Lácteos Santa María), tuvieron acceso a dos créditos, de 250 millones de pesos cada uno, para la instalación de cuatro robots de ordeño DeLaval, que contarán incluso con cámaras para el control de la condición corporal de las vacas, apuntando a la eficiencia productiva y el bienestar animal.
El BICE también presentó una línea más amplia, para Inversión Productiva, destinada a grandes inversiones, que van más allá de los tambos tradicionales. “Hay una demanda muy grande de créditos entre uno y dos millones de dólares, para los que las otras opciones se quedan cortas, entonces queremos ofrecer un paquete completo al sector productivo”, indicó el funcionario de la Secretaría de Agricultura de la Nación.
Hay que recordar que pasaron décadas y décadas, todo tipo de gobiernos y nunca hubo este tipo de líneas de crédito disponibles para la lechería, que aunque no parezca, tiene más estabilidad que la agricultura.
“Por el tope que tenía originalmente la línea del BICE atada al Siglea, la terminamos ´vendiendo´ como unas ocho veces, teniendo en cuenta la suma de toda la demanda, por lo tanto el sector estaba insatisfecho. Hay que entender que detrás de cada proyecto hay personas, una empresa de tecnología que lo evaluó y lo preparó, pero que no tenían opciones previas de financiamiento, más allá de lo que pueda armar cada una”.
Alconada indicó que la mayoría apuntaba a la automatización de salas de ordeño, renovación de pisos, ventilación y asperción, robots, cambios de equipos de frío, todo apunta al crecimiento. Por lo tanto, los créditos que ya se empezaron a ejecutar podrían comenzar a tener un impacto positivo en la producción en los próximos meses, para reacomodar la situación productiva general.
Lo que permite esta apertura crediticia es disponer opciones para todos los tamaños de tambos, para todas las necesidades, pero sobre todo para mejorar las condiciones actuales de trabajo. “La idea es que esto no sea excluyente, porque tenemos proyectos que parten de los seis millones de pesos, habiendo sido el tope de la línea Siglea de 250 millones de pesos”.
Para concluir, Alconada fue concreto. “En la lechería el productor genera dinero todos los días y una vez por mes recibe el pago por eso, a diferencia de la agricultura donde cada campaña es una lotería, podés tener una super campaña o la sequía y la chicharrita que hizo que el cultivo no rinda. La leche a pesar de todos los castigos que tuvo, todos los meses genera un cheque, liquidez y eso es lo que queremos que los bancos y las SGR lo entiendan. Es mucho más confiable un productor tambero por ser parte de un sistema más estable que permite cubrir cuotas y pagarlas de manera más normal”.
Lo que queda claro es que la gran necesidad de financiamiento no tiene un límite visible hoy, pero al mismo tiempo hay que entender que la lechería argentina es puro resultado individual, a lo sumo asociativo o cooperativo, cimentada en fondos genuinos, con inversiones de vidas enteras por detrás, para llevar adelante una producción, un negocio, que jamás se separa de la pasión.