Hoy martes se registró una violenta venta de futuros de productos agrícolas en el mercado estadounidense CME Group (Chicago) que no se explica por ningún fundamento de mercado presente en la actualidad.
Pero semejante movimiento, que provocó bajas significativas en los precios de todos los futuros agroindustriales, no es caprichosa, porque se sustenta en la posibilidad de una invasión a Taiwán por parte de China.
Si bien Taiwán es una nación democrática independiente, el gobierno chino liderado por Xi Jinping considera que es parte de su territorio y en las últimas décadas viene aprovechando su creciente influencia comercial para aislar diplomáticamente al gobierno de la isla.
La República de Taiwán es reconocido como Estado por apenas catorce países –uno de los cuales es Paraguay– porque el gobierno chino realiza intensas presiones para que esa lista se reduzca a cero. El último país en romper relaciones diplomáticas con Taiwán fue El Salvador en agosto de 2018
Hoy martes el Ministerio de Defensa de Taiwán alertó que una nueva flota de aviones de guerra chinos invadieron su espacio aéreo, amenaza recurrente que activa las alarmas de una probable invasión cada vez que ocurre.
3 PLA aircrafts (Y-8 EW and J-16*2) entered #Taiwan’s southwest ADIZ on May 31, 2022. Please check our official website for more information: https://t.co/1RuFPHmeDM pic.twitter.com/Yqbsc2Lwif
— 國防部 Ministry of National Defense, R.O.C. 🇹🇼 (@MoNDefense) May 31, 2022
Un conflicto bélico entre China y Taiwán generaría una disrupción comercial enorme a nivel global, dado que la nación asiática es actualmente el principal comprador de commodities agroindustriales del mundo.
Sin embargo, vale mencionar que, en tal escenario, si bien seguramente se interrumpirían muchas de las exportaciones agroindustriales de EE.UU. destinadas a China, buena parte de las mismas podrían ser eventualmente reemplazadas por productos provenientes de Brasil, Argentina y Uruguay.
Desde fines de 2020 China incrementó a niveles inéditos las importaciones de productos agroindustriales y alimentos, además de aplicar un programa nacional de racionamiento de alimentos –denominado “Platos Limpios”– que parecía no tener lógica alguna hasta el advenimiento de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.