Representantes de los trabajadores, productores, industriales y comercializadores difundieron una proclama, destinada al presidente Alberto Fernández, en la cual aseguraron que con la restricción a las exportaciones “perdimos todos”. Y reclamaron que se desactive la política intervencionista.
Bichos de Campo habló con algunos de los referentes de la cadena cárnica para conocer de primera mano alguna mirada adicional a la postura unificada presentada al gobierno, el cual, antes de fines de agosto deberá decidir si continuará aplicando el “cepo cárnico” de acá a fin de año o si levantará la medida que es lo que desea toda la cadena.
Alberto Fantini, secretario general de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne, expresó que, aunque él se siente parte del Frente de Todos y está alineado con el gobierno de Alberto Fernández, reconoció que “medidas como éstas sólo nos llevan a perder fuentes de trabajo. El gobierno tiene que recapacitar y entender que esto no nos sirve. Debemos negociar juntos en una salida: empresarios, trabajadores y consignatarios”.
Muchos trabajadores cárnicos, luego de la medida aplicada por el gobierno, comenzaron a trabajar en el régimen de garantía horaria, lo que implica que están cobrando 30% a 40% menos que lo correspondiente, algo que, en un contexto inflacionario, implica un problema grave para las familias que viven de ese ingreso.
Juan Santillán, de la consignataria Lanusse-Santillán y Cia. S. A., y titular de la Cámara Argentina de Consignatarios de Ganado, dijo que “sacando los intereses particulares de cada una de las entidades, perdió el país en su conjunto porque tuvimos menores ingresos de divisas”.
No es fácil que el ciudadano promedio entienda la importancia de tal concepto, pero es clave, porque una nación sin acceso al crédito internacional y con un “cepo cambiario” y una crisis económica que impide el ingreso de inversiones externas, sólo puede abastecerse de divisas por medio de las exportaciones. Y una restricción, en ese sentido, tiene muchas consecuencias negativas, una de las cuales es, precisamente, quitar “poder de fuego” al Banco Central (BCRA) para contener las presiones cambiarias y, por extensión, inflacionarias.
Daniel Urcía, presidente en Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), indicó que “la reunión fue muy importante porque mostró a toda la cadena de ganados y carnes representada en una posición uniforme”.
“La medida del gobierno es inadecuada y requiere una revisión. A su vez, la apertura reciente de un cupo de carne kosher a Israel es insuficiente y no se contempló el caso de plantas sin antecedentes ni los cortes excluidos que tienen como único destino a China”.
El hecho de impedir las exportaciones de carne congelada a China, que se elaboraba fundamentalmente con la categoría de vaca conserva, generó un problema enorme no sólo a frigoríficos dedicados a abastecer ese mercado, sino a decenas de miles de criadores y tamberos que, gracias a la demanda asiática, pasaron a tener un ingreso muy interesante con la venta de esa categoría, además de promover renovaciones más intensivas de los planteos para hacerlos más eficientes, lo que representaba un círculo virtuoso que funcionaba como un auténtico “plan ganadero”.
En tanto, Fernando Herrera, director de la Asociación de Productores Exportadores Argentinos (Apea), manifestó que “faltando tan solo catorce días para que venza el plazo sobre los cupos exportables que impuso el gobierno, nos juntamos para mandar un mensaje claro no sólo al gobierno para que revea esta medida, sino también a toda la sociedad, porque acá, como dijimos en el comunicado que enviamos, perdimos todos”.
Los precios de algunos cortes vacunos populares cayeron un poco, pero la inflación presente en el resto de los alimentos, productos y servicios de la economía es tan elevada que el consumo interno sigue planchadísimo en términos históricos. Lo que implica que, tanto daño –presente y futuro, porque el cambio de expectativas está promoviendo un proceso de desinversión en ganadería– no justifica la implementación del “cepo cárnico”, a menos, claro, que el mismo haya sido instrumentado con un propósito político orientado a generar una ampliación de la “grieta social.