Como es habitual, la Cámara Argentina de la Industria de la Carne (CICCRA) difundió su informe mensual con los indicadores más relevantes sobre ese sector. Coinciden estos apuntes con el cierre de 2020, año en que la producción de carne vacuna logró sostenerse y mejorar 1,3% aún a pesar de la pandemia por Covid-19, y en que la presencia de la carne argentina en los mercados internacionales se consolidó, ya que los embarques habrían crecido 8,4%. Esto, a costa del consumo interno, que perdió posiciones y se ubicó por debajo de los 50 kilos anuales por habitante, el peor registro en toda la historia del sector.
En función de los datos oficiales disponibles, CICCRA apuntó que en diciembre la faena de hacienda vacuna se sostuvo en 1,2 millones de cabezas por cuarto mes consecutivo. Así, el sector cerró 2020 con el mayor nivel de actividad en once años (más de 14 millones de cabezas). En rigor, hay que remontarse a 2009, año de la gran liquidación, para encontrar una matanza superior de vacunos.
Con este nivel de faena, según destacó Miguel Schiariti, el presidente de esta cámara industrial, el año cerró con una producción de carne vacuna de 3,17 millones de toneladas res con hueso, superando en 1,3% a la producción de 2019.
La entidad se animó a ponerle cifras además a las exportaciones. “En el año que acaba de finalizar las exportaciones de carne vacuna habrían alcanzado un récord de 917,2 mil toneladas res con hueso, superando en 8,4% el volumen exportado en 2019”, que ya había sido récord con 840 mil toneladas.
De este modo, la participación de los embarques al exterior en el total producido habría llegado a 28,9%, convirtiéndose en la más alta de las últimas décadas, destacó el trabajo.
Frente a este desempeño exportador, el mercado interno habría absorbido 2,26 millones de toneladas de carne vacuna, un volumen que se ubicó 1,3% por debajo del registrado en 2019.
Del total producido, el mercado interno habría representado 71,1% (con una caída de 1,9 puntos porcentuales interanuales).
En base a estos guarismos, CICCRA calculó que en diciembre el consumo aparente de carne vacuna por habitante se habría ubicado en 49,7 kilogramos por año (considerando el promedio móvil de los últimos doce meses). Quedó 2,3% por debajo del registro de 2019, lo que equivale a 1,2 kilos anuales per cápita.
Este dato sobre el consumo interno “se constituyó en el guarismo más bajo de los últimos cien años”, destacó Schiariti. Es lo mismo que decir en el más bajo de la historia, pues la Argentina viene midiendo su consumo interno de carne con ésta fórmula (producción menos exportaciones dividido la población) desde los años 20 de la década pasada.
El consumo por debajo de 50 kilos anuales por habitante forma parte de una tendencia que mezcla factores estructurales (veganismo, competencia de otras carnes, diversificación de la dieta) con otros factores coyunturales, como la suba de los precios internos, el repunte de la demanda para exportación y la propia crisis económica de los argentinos.
Como sea, este nivel de consumo es históricamente muy bajo. “Quedó 2,3% por debajo del registro de 2019 (-1,2 kg/hab/año), cayó 13,5% en relación al promedio de 2017 (-7,8 kg/hab/año) y 27,3% con respecto al máximo relativo de 2007-2009 (favorecido por la mayor liquidación de existencias en décadas)”, explicó el informe.
Pero Schiariti aclaró que “los volúmenes récords que viene exportando la industria frigorífica argentina no se tradujeron en récord de facturación, debido a que China empujó hacia abajo el precio promedio pagado en los primeros meses de 2020, y luego éste se estabilizó en un nivel 30% inferior al promedio observado en el último trimestre de 2019”. Los valores así cayeron a unos 3.500 dólares por toneladas peso producto, contra 5.000 dólares del periodo anterior.
De todos modos no han sido escasas las divisas generadas. “Entre enero y noviembre del último año se facturó un total 2.511,1 millones de dólares por las exportaciones de cortes vacunos. Estos ingresos resultaron 8,7% inferiores a los generados en enero-noviembre de 2019”, se precisó.
De cada 10 kilogramos exportados de carne vacuna, 7,5 kilogramos se enviaron a China en enero-noviembre del año que acaba de finalizar.