La fase de liquidación del rodeo va quedando atrás. Con pasto en el campo los criadores apuntan a sacar los terneros con buenos kilajes, a elegir el momento de venta y a intentar la reposición de los vientres perdidos.
Esa demanda comienza a sentirse y por eso las vaquillonas con garantía de preñez cotizan en no menos de 680/700 mil pesos cuando hace 3 meses valían la mitad.
Además está apareciendo lentamente la recría. En los primeros remates de la zafra de terneros que de a poco se va instalando, levantan la mano productores que el año pasado se quedaron afuera del negocio por la falta de pasto.
Este proceso de recomposición de los rodeos de cría y de reaparición de la recría demorará y achicarán y demorarán la salida de ganado para la faena.
El consultor Ignacio Iriarte dijo que “en 2024 la faena va a caer con respecto al 2023 por dos motivos. El primero, porque se acabará la liquidación y, el segundo, porque a partir de mediados de año se comenzará a sentir en la oferta el menor destete 2024, que hoy estamos estimando en unos 850 mil terneros inferior al del otoño 2023”.
En su último Informe Ganadero, el analista resaltó que respecto del volumen de ganado que se vendería a los frigoríficos señaló que rondaría “las 13,5/13,7 millones de cabezas que con un peso medio de 234 kilos determinaría una producción de carne vacuna de alrededor de 3,16-3,20 millones de toneladas”.
En definitiva, la faena va a caer pero no tanto como se temía y consecuencia del mayor peso de los animales la oferta de carne no se achicará en demasía.
“Las exportaciones podrían ubicarse en 1 millón de toneladas y el consumo local podría estar alrededor de las 46-47 kilos per cápita anual. Para el 2024, y con respecto al año que acaba de terminar, puede esperarse una faena algo mayor de novillos -cuya oferta cayó mucho en el 2023- y una faena más baja de vacas, al salirse de la fase de liquidación del ciclo. La faena de vaquillonas -muy alta en el 2023- caería durante el año que acaba de empezar, lo mismo que la matanza de novillitos. La faena de terneros, machos y hembras, en declinación hace varios años, caería nuevamente en el 2024” dijo el analista.
Iriarte alertó que “todos estos pronósticos podrían tener que modificarse si a partir de mediados de año, como indican varios modelos climáticos, comienza a instalarse nuevamente en el cono Sur el fenómeno de «La Niña». Todo indica que el año próximo se exportará más y se consumirá menos, que se pasará a recrías a pasto más largas y períodos de terminación a corral más cortos, que el ternero seguirá muy buscado y tendrá un sobreprecio importante en relación al gordo”.