La sequía generó que en los últimos meses el nivel de encierre de ganado en los feedlots fuera alto. Los criadores, a su vez, se vieran obligados a vender más vacas de las deseadas con destino a la faena.
El incremento en la faena fue notable y también la oferta al consumo interno.
“La actividad de la industria frigorífica vacuna se mantuvo en un nivel elevado durante el segundo mes del año. El total de cabezas faenadas fue de 1,048 millones, un número que resultó 5,3% superior al de enero. En tanto, en la comparación interanual se registró un incremento del total faenado de 7,6%” dijo Miguel Schiariti, en el último informe de Ciccra.
Esa mayor faena incremento la producción de carne. Una vez restada la cantidad desrtinada a la exportación, el analista concluyó que el consumo de carne en febrero “equivalió a 49,3 kg/año y fue 4,2% mayor al de febrero de 2022 (con un salto de 2 kilos adicionales de carne por año)”.
La abundante oferta de carne vacuna se agrega a una alta disponiblidad de pollos desde el sector avícola, donde el consumo per cápita también ronda los 47 kilos anuales: y a los casi 20 kilos de carne porcina. Todo esto permite un consumo promedio d carne spor por persona de 115 kilos anuales.
Esa alta oferta de proteínas animales pone límites al traslado de las subas de la hacienda a la carne en la góndola, a pesar de lo que pueda pensarse tras las fuertes subas registradas en febrero.
Las categorías de novillos, novillitos y vaquillonas, cuya carne va al mercado local, aumentaron entre 45% y 50%. Por otra parte, el precio de la media res aumentó 35% y el de la carne solo 30%. Eso significa que la brecha entre lo que subió la hacienda y la carne fue absorbida por los eslabones comerciales, la industria y los matarifes.
La situación da cuenta, a su vez, de que el consumo no soporta saltos mayores a los que ya tuvo el producto en la góndola.
Este escenario determinó incluso algunas bajas en el Mercado de Cañuelas, donde el novillo -luego de llegar a precios máximos de 520/530 pesos por kilo vivo- ahora se ubica en torno a 480 pesos. La corrección fue de 10%.
Entre el precio de la hacienda, la carne y la inflación sigue habiendo brechas importantes, pero en este contexto de crisis económica, climática y forrajera parece poco probable que por varios meses más se pueda dar una recomposición de las cotizaciones.
Por el contrario, lo más probable es que el lamentado retraso vuelva a instalarse.