En el oeste bonaerense aprietan la seca y los costos, lo que complica el escenario lechero.
Desde Caprolecoba, la Cámara de Productores de Leche del Oeste de Buenos Aires, dijeron que en esa cuenca “las condiciones en los suelos son dispares. Una parte de la misma empezó a recuperar humedad en el perfil, pero en general permanece seca la capa superficial. Este “Niño” todavía no ayudó mucho a nuestra región y crece la preocupación” aunque hay lluvias pronosticadas para mediados de febrero.
Según el climatólogo Leonardo De Benedictis, en el segundo mes del año el régimen de lluvias tendería a normalizarse en esa zona del país y revertiría el menos en parte la falta de agua en el perfil.
La sequía fue lo que más incidió en la caída de la producción de leche del 2023, cuando se lograron 11.327 millones de litros de leche lo que significa una baja interanual de 2%.
Pero desde la entidad destacaron que en diciembre la caída fue de 7,7% respecto de noviembre y que “este enero, estamos arrancando claramente por debajo del año pasado, cuando aún faltan dos meses de marcada caída estacional. Es un momento muy malo para la producción de leche. Con relaciones de precios desfavorables y una rentabilidad negativa promedio de menos 6% según datos del OCLA”.
A eso se agrega la caída en las ventas en el mercado interno, afectado por el proceso inflacionario. “En diciembre cayeron 15% aproximadamente en la comparación intermensual e interanual, y mostraron un mercado interno exhausto”.
Para fortuna de los tamberos, en este escenario hubo un crecimiento en las exportaciones como consecuencia en gran medida de la quita de derechos de exportación que hizo el gobierno anterior, que continuó en este y la mejora del tipo de cambio vía devaluación y a través de la posibilidad de liquidar parte de las divisas en el contado con liquidación.
Por eso precio se acercó en diciembre a los 200 pesos. Según productores consultados por la leche de enero las industrias ya prevén pagar 250 pesos.
La mayor competitividad exportadora y los mejores ingresos logrados en las ventas externas debido a una demanda mundial más firme que paga 3.300/3.400 dólares por tonelada son por ahora el salvavidas que evitar un mayor hundimiento de tambos.