La familia Bellesi se dedicó históricamente a la producción ganadera de cría y recría en Gualeguaychú, pero a Maximiliano le picó el bichito y quiso “cerrar el ciclo de la producción de carne”. Por eso, cuando se enteró que salía a licitación una planta frigorífica que había quedado abandonada no lo dudó y presentó un proyecto que resultó el ganador de la compulsa.
En noviembre del año pasado le entregaron las llaves y para febrero ya lo tenía reconstruido y operando. En tan solo un puñado de meses transformó la carcasa de un viejo y abandonado frigorífico, que nació como municipal, en una moderna empresa que tiene tránsito federal, que cuenta con habilitación para faenar diferentes especies, y que da trabajo a 40 personas.
“Le pusimos mucho dinero, ahorros de toda la vida, y mucho amor. Hicimos los trámites correspondientes y ahora tenemos tránsito federal. Invertimos en todo, sólo conservamos la carcasa de la vieja empresa”, contó Bellesi.
La planta de faena se llama Frigorífico Argentina Alimentos SA. Allí cambiaron las torres de enfriamiento, pusieron palcos neumáticos nuevos, cambiaron todas las sierras que se requieren para la faena, trajeron guinches nuevos que suben las reses en sólo 10 segundos, pusieron balanceadores, reconstruyeron las oficinas e instalaron en sistema de tratamiento del agua para eliminar el sarro, entre otras obras.
Además de mejorar toda la infraestructura, el empresario logró que el Senasa los habilite para la faena de bovinos, ovinos y bubalinos. Ahora espera la autorización para sumar las especies caprina y porcina.
El frigorífico cuenta con capacidad para faenar 200 animales por día y están en pleno proceso de crecimiento y expansión. Por ahora, la faena es de 600 animales por semana y ya hicieron una prueba con 100 ovinos.
También están haciendo los trámites para poder hacer la faena bajo el rito Halal en ovinos y bovinos, ya que cuentan con interesados en obtener ese servicio. “Vamos a ser la única empresa frigorífica con esa certificación en ambas especies”, dijo orgulloso Bellesi.
Allí trabajan 40 personas, pero cuando obtengan la autorización para la faena porcina planean contratar a 50 más, lo que da cuenta de que la expansión es continua.
La planta también da servicio de faena a terceros, que se llevan las medias reses. Pero Maximiliano está convencido de que el negocio debe evolucionar a la venta por cortes, y por eso apunta a hacer más inversiones.
“Tenemos proyectado un ciclo 2. Estoy convencido de que hay que dejar de vender medias reses, de hombrear la carne y pasar a la venta por cajas”, sostuvo.
En esta línea, consideró que es necesario diversificar la dieta, ampliar la oferta para el mercado interno.
“Así como en su momento se fue incluyendo la carne de cerdos, lo mismo debe pasar con la de ovinos y la de búfalos. Son carnes de muy buena calidad y más económicas”, finalizó el empresario.