La firma agroindustrial San Miguel colocó esta semana la primera obligación negociable (ON) del mercado local vinculada a la sustentabilidad, por un monto de millones de dólares. A partir de este instrumento, la citrícola se compromete a alcanzar un 66% de energía renovable sobre el total del consumo de energía eléctrica demandada en el Complejo Industrial Famaillá, en la provincia de Tucumán, en un plazo de 12 meses a partir del 30 de septiembre de este año, generando un ahorro promedio de 6.300 toneladas de dióxido de carbono (CO2 ) por año.
La característica fundamental de estos instrumentos, conocidos en inglés como Sustainability Linked Bond (SLB), es que las condiciones financieras (por ejemplo, la tasa de interés) varían dependiendo de si el emisor alcanza (o no) ciertos objetivos prefijados de sustentabilidad.
Según explican desde San Miguel, la colocación de esta ON junto con el Banco Santander, se enmarca en la estrategia de sustentabilidad de la compañía, que comprende un ambicioso Plan de Acción por el Clima a 10 años. El principal objetivo de ese proyecto es reducir la huella de carbono, a partir del uso de energías renovables, la conservación de más de 6.000 hectáreas de bosque nativo, que actúan como sumideros de CO2, y la realziación de un Inventario Global de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
En este marco, la firma incorporó fuentes renovables de origen eólico en su matriz energética desde febrero de 2020, superando al culminar el año la cuota exigida por Ley Argentina de Energías Renovables para el 2025 con 5 años de anticipación.
San Miguel es actualmente la principal productora y exportadora de cítricos frescos del hemisferio sur, y a su vez líder mundial en procesamiento de productos derivados de los cítricos con valor agregado, alcanzando particularmente el 13% de la molienda global de limón.
Posicionada como la principal exportadora argentina de limón, una de las principales exportadoras de cítricos desde Uruguay, Sudáfrica y Perú, y de palta y uva desde Perú, el grupo exporta en promedio unas 171 mil toneladas de fruta fresca al año, con una oferta equilibrada entre limón y cítricos dulces (mandarinas, naranjas y pomelos) y un 10% de palta y uva.
Además, la Sociedad comercializa alimentos con valor agregado derivados del procesamiento de 295.000 toneladas de cítricos al año, producidos en la planta de molienda que posee en Argentina, sumado a las que posee a través de sus joint-ventures en Uruguay y en Sudáfrica.
En tanto, según surge de los balances de la compañía, sus ventas netas aumentaron de 10.852 millones de dólares en 2019 a 17.375 millones en 2020, lo que representa una tasa de crecimiento anual del 60%. Del total de facturación, históricamente cerca del 89% corresponde a exportaciones, siendo el resto ventas en los mercados internos de los países en donde opera.
Mientras tanto, otra empresa que fue noticia esta semana es la empresa de tecnología para el agro Syngenta que avanza con su plan exportador de granos hacia China, de donde es su casa matriz. Según confirmaron, durante el primer semestre del año exportaron poco más de 140.000 toneladas por un total de 65 millones de dólares.
Esta iniciativa fue anunciada en diciembre pasado y nace de la asociación de la compañía con la importadora china Sinograin Oils Corporation que, de esta manera, origina la soja y el maíz que adquiere la empresa a partir de la operatoria de canje de granos por insumos.
En total, alrededor de 5.000 productores habrían entregado sus granos a Syngenta durante el primer trimestre del año a través de esta operatoria. Según remarcan desde la compañía, lo más beneficioso es que lograron llegar a pequeños y medianos agricultores. Para lo que resta del año, lógicamente, esperan continuar creciendo en este segmento.