Miguel Schiariti, especialista en la industria frigorífica y presidente de Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), fue uno de los hombres que más alzó la voz durante la intervención estatal en el sector ganadero instrumentada por el gobierno kirchnerista entre 2006 y 2015.
Aquella política, que generó la pérdida de más de diez millones de cabezas vacunas, 30.000 puestos de trabajo y el cierre de 245 frigoríficos, tiene para Schiaritti algunos paralelismos con el esquema actual de cepo y cuotificación a las exportaciones de carne vacuna. ¿Hay posibilidad de que se repita aquella catástrofe ganadera?
-Con la autoridad moral que te da la historia, ¿cómo evaluás la situación actual?- le preguntamos desde Bichos de Campo a Miguel Schiariti.
-En el 2018 hubo una importante sequía que generó 600.000 terneros menos y una faena de hembras del 49% (del rodeo total) por falta de comida. En el 2020 ocurrió una sequía en la primavera que generó 650.000 terneros menos. Y desde mayo del año pasado el gobierno vuelve a intervenir tan bruscamente como en el momento de (el ex secretario de Comercio Interior Guillermo) Moreno, y después lo suavizaron un poco. Hoy (el ministro de Agricultura Julián) Domínguez dice que las exportaciones no están cerradas, lo cual es parcialmente cierto, porque yo no puedo exportar vaca “C” ni puedo exportar siete cortes. Es un cepo. Y además instrumentaron un mecanismo que funcionaba en aquella época, como el ROE, que era por donde no solo regulaban las exportaciones, sino por donde decían ‘a vos te doy y a vos no te doy’.
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-¿Qué paralelos ves de aquella situación? Hoy no tenemos a la ex ONCCA.
-No, hoy tenemos una Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario, que en definitiva es la ONCCA porque tiene las mismas funciones. Con aquel monstruo desatado aún no hay paralelismos, pero sí hay cosas que comienzan a vislumbrarse.
Para Schiariti los permisos de exportación son un claro ejemplo que rememora la situación del 2006, en tanto funcionan de forma discrecional. Eso quedó evidenciado cuando, semanas atrás, el sector exportador decidió no participar más del “acuerdo de precios”, que los obliga a entregar todos los meses cortes a precios subsidios, y fueron convovados de urgencia por funcionarios del gobierno nacional.
“A las 12 horas tuvieron una reunión muy fuerte y hay dos versiones: una que dice que el ministro (Domínguez) amenazó con cerrarle las exportaciones a todo aquel que no adhiriera al acuerdo de Feletti, y otra de los frigoríficos, que indicaron que obtuvieron el compromiso de que iban a racionalizar la entrega de ROEs. En cualquier caso, se confirma la discrecionalidad y todo hace pensar que, por ahí, la memoria emotiva de los funcionarios de hoy está queriendo recaudar lo mismo que recaudaban antes”, indicó el especialista sin filtro.
“Cuando yo escucho hablar de que van a hacer un fideicomiso para la harina y un fideicomiso para el aceite, ¿qué va a pasar con esa plata? ¿Dónde va a terminar? Porque eso no va a generar una caída de precios en el pan. Son preguntas que permitirían presuponer que la historia se va a repetir”, agregó a continuación.
-¿Cómo ves al sector privado? ¿Es el mismo que en aquel entonces, que se calla y otorga, o lo ves mejor?
-Creo que es el mismo que se calla y otorga, y no solo en la industria frigorífica. Me parece que el sector de la producción está haciendo una política muy semejante a la de aquel momento. No ejecuta casi nada. Declama, pero no resiste.
-¿Te referís a las entidades rurales?
-Sí, al sector agropecuario, excepto a los autoconvocados, que están muy enojados y hoy están haciendo lo que los dirigentes de las cuatro entidades no hacen.