El secretario Luis Miguel Etchevehere debería recibir un premio a la fidelidad. Es que el funcionario se tuvo que coser la boca durante varios días para que fuera Mauricio Macri quien hiciera el anuncio de la apertura de China a la carne porcina argentina y otros logros de su reciente gira a ese país. Allí se selló un acuerdo sanitario el 24 de abril, pero fue el presidente quien hizo los anuncios recién este lunes.
“China nos quiere comprar cerdo, porque confía en nosotros. Hemos logrados una relación en estos años. Y esto es mucho trabajo para todos nosotros. Este es el camino para esa Argentina que todos queremos”, sintetizó el presidente en un discurso muy preparado, de tono electoral, grabado desde la planta del frigorífico La Pompeya, ubicado Marcos Paz, y transmitido por redes sociales. En el acto estuvo la Mesa de Enlace.
Esta apertura de China era esperada hace rato por los productores porcinos locales. Además estaba cantado por los astros que debía ser Macri quien la anunciara: el 5 de febrero de 2019 arrancó un Año Nuevo Chino y esta vez el animal que guía los designios del devenir es el cerdo. El presidente, como todos los nacidos en 1959, es “chancho” en el zodíaco oriental.
Fuera de broma, Etchevehere no solo supo guardar silencio para cederle el lustre a Macri. También desplazó hacia la planta de La Pompeya (uno de los tres que por ahora fueron habilitados para vender a China) a los cuatro máximos dirigentes de la Mesa de Enlace, con quien tenía una reunión pactada desde hace varios días. Los dirigentes rurales, vestidos enteramente de mameluco blanco, así, hicieron de banda soporte para que el presidente pudiera lucirse con un anuncio que en los inmediato no tendrá gran impacto, pero que a futuro puede ser de suma importancia para el desarrollo de la cadena porcina en la Argentina.
El anuncio concreto es que durante la visita a China Etchevehere firmó el martes pasado con el viceministro de la Administración General de Aduanas de ese país, Li Guo, el protocolo sanitario que habilita el ingreso de carne de cerdo al gigante asiático. Se trata de cortes con hueso o sin hueso, ya que en el caso de los cerdos se definió que no habría riesgo de transmisión de la fiebre aftosa.
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“La firma de este protocolo es la culminación de un largo proceso de negociaciones llevado adelante por funcionarios de Agroindustria, Senasa y Cancillería, y representa una oportunidad única para los productores porcinos locales, que ven en China una ventana de crecimiento”, indicó un comunicado oficial.
En rigor, como sucede con al carne vacuna, China puede ser determinante para los productores locales de cerdo. Según datos de USDA, la producción porcina en China en 2018 alcanzó las 54 millones de toneladas, pero su consumo interno superó las 55 millones de toneladas. Por eso, el país asiático ya se convirtió en un importador neto. Su consumo per cápita llegó a casi 40 kilos por año, casi tres veces el consumo en la Argentina, que llega a 15 kilos por habitante.
Por el momento se habilitaron solo tres plantas frigoríficas exportadoras de carne de cerdo: La Pompeya, Campo Austral y Paladini. Son, de todos modos, los tres principales jugadores en el plano local. Según fuentes del sector, en total existen unas quince plantas exportadoras en el país, que se irán habilitando paulatinamente en los próximos meses.
“Se decidió empezar por estas tres para tener volumen. Ya existen muchos pedidos concretos de parte de los chinos”, dijo una fuente a Bichos de Campo. China está viviendo una gran crisis sanitaria por casos de Fiebre Porcina Africana en su rodeo de porcinos. Eliminó varios millones de ejemplares por ese motivo. Por eso necesita buscar proveedores de carne alternativos.
En 2018, la Argentina faenó 6,8 millones de cabezas porcinas, de las que obtuvo 620 mil kilos de carne. Por ahora, ese nivel de oferta apenas alcanza para abastecer un consumo interno de carne porcina que va creciendo a pasos agigantados. Por eso se tuvieron que importar el años pasado 44.623 toneladas, sobre todo desde Brasil. En ese escenario, las exportaciones son incipientes. Llegaron a 23.192 toneladas en 2018, con un salto del 60% respecto del año anterior. Los cortes porcinos van dirigidos sobre todo a Rusia.
“China hoy está abriendo su mercado a importaciones de alimentos de calidad, por lo que existe una oportunidad única para seguir incrementando nuestras exportaciones de cerdo al mayor consumidor del mundo”, remarcó Etchevehere. Y agregó: “La transformación de la soja y el maíz en proteína animal crea nuevos trabajos para una cadena conformada por productores, frigoríficos, transportistas, veterinarios, ingenieros en alimentos, comercio, y que impulsa a un sector que se venía recuperando”.
Por otra parte, llegó una noticia muy esperada por los frigoríficos de bovinos y algunos avícolas, ya que la Aduana China aprobó también otros 22 establecimientos exportadores de esas carnes.
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Actualmente China representa casi el 60% de la demanda internacional de carne vacuna argentina. En pocos años, ese tipo de carne congelada se ha transformado en el segundo producto agroindustrial más exportado hacia el país asiático, por 832 millones de dólares el año pasado. A principios de 2018 se firmó un protocolo para ampliar los negocios a cortes con hueso y enfriados, pero por deficiencias en el sistema sanitario local todavía no se pudieron concretar embarques en esos rubros.
Por otro lado, según informó Agroindustria, se firmó con China un Memorando de Entendimiento que agilizará y dará previsibilidad a las futuras autorizaciones de establecimientos interesados en exportar, que alcanza a la carne bovina, aviar, ovina y, a partir de ahora, de cerdo. Es lo que en la jerga se conoce como “prelisting”.
“Con la firma de dicho memorando, China concreta por primera vez con un país extranjero, un acuerdo de dichas características, que pone en valor la relación de confianza mutua al autorizar a Senasa a que sea la entidad que apruebe y habilita las plantas exportadores de forma directa”.
En buena hora que logremos contratos de exportación.de carnes de distintas especies.debemos ser respetuosos de los protocolos