Desde este jueves 1° de noviembre, como estaba previsto desde hace algunos meses, comenzó a funcionar el Remito Electrónico Cárnico (REC). Diseñado por la AFIP para tratar de reducir los elevadísimos niveles de evasión impositiva que existen en el comercio de carnes, el sistema obligará a los carniceros de todo el país a avisar al organismo vía Internet cada vez que reciben una media res de sus proveedores.
La verdad es que nadie cree que vaya a funcionar demasiado este sistema. La incrédulos -básicamente matarifes y frigoríficos ligados al consumo interno- ya cuentan los días para que se anuncie su fracaso. Los que apoyan el REC, que son básicamente los frigoríficos exportadores, levantan los hombros con incredulidad aunque secretamente mantienen la esperanza de que esta vez la AFIP controle en serio y no dude en clausurar comercios minoristas de ser necesario.
Vamos por partes, diría un depostador. El gobierno viene aplicando un plan riguroso para controlar la informalidad en la cadena de ganados y carnes, que hasta ahora ha avanzado sobre los primeros eslabones del negocio. Quienes faenan vacunos, en especial en el conurbano bonaerense, han ido aceptando paulatinamente las nuevas reglas de juego. Pero todo amaga con irse al diablo cuando la carne llega a las carnicerías, ya que casi ningún minorista acepta que le facturen ni entrega factura a sus clientes. Esta resistencia casi cultural amenaza con echar por la borda todo el esfuerzo hecho hasta ahora.
Ver Anticipan que el Remito Electrónico de AFIP se extenderá a diversos sectores alimenticios
Fue el propio Mauricio Macri, que suele ponerse al frente de la Mesa de las Carnes, donde intervienen todos los sectores menos los carniceros y supermercados, quien dio la orden de avanzar contra el último eslabón antes de la gente. Hay unas 70.000 carnicerías y una gran porción de ellas opera al margen de las normas. Para ellas y para sus proveedores (usualmente grandes grupos de matarifes) pensó la AFIP en el REC. A la par, la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA) lanzó un registro obligatorio de carnicerías, para quienes deseen ponerse en regla antes de que comience esta ofensiva final.
Explicó la AFIP de qué trata el remito. “Es un documento 100% digital que deberá registrar todos los traslados de carnes y sus subproductos. Potencialmente abarca a 4.250 establecimientos faenadores, usuarios de faena, consignatarios y depósitos”, le puso dimensión.
Esos son los mayoristas que están registrados de algún modo y que distribuyen la carne (usualmente en media res) a la red de minoristas o supermercados. Deberán conectarse a la web de la AFIP cada vez que salga un envío de carne hacia sus clientes, habilitando un registro que luego deberá ser cerrado por los minoristas. Es decir, un sistema de control mutuos entre clientes. El carnicero deberá cerrar el circuito en la misma página de AFIP, para que el organismo no sospeche que ahí pasa algo raro.
Ver Nuevo remito electrónico para mover la media res hasta la carnicería
Aunque los carniceros pueden clausurar el REC a través incluso de su celular, muchos conocedores del mercado piensan que la cosa no va a funcionar tan fácilmente. De hecho, si se le da aviso a la AFIP de cada media res que circula por el mercado, entonces se acepta que debe haber una factura por ese volumen de carne. Y eso implica facturar, justamente.
“La AFIP considerará hasta fin del 2018 como un período de
adaptación de procedimientos, sistemas y sujetos involucrados. Por lo tanto, durante ese lapso y ante situaciones excepcionales que
impidan la emisión o aceptación del remito electrónico, los
operadores podrán amparar sus traslados con los remitos vigentes
hasta el momento”, que son simples documentos de papel, se aclaró.
¿Y luego que sucederá? Se supone que ante cada REC que quede abierto, la Administración Federal no irá a buscar a los carniceros sino a quienes le vendieron la carne, y que tienen la obligación de emitir factura y hasta de actuar como agentes de recaudación.
Miguel Schiariti, titular de la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), mostró su desconfianza con el nuevo sistema. “La verdad que creo que la AFIP se está apresurando con eso, que no resuelve el problema. En gran parte de Buenos Aires no hay carnicerías inscriptas” como corresponde.
Escuchá lo que piensa Miguel Schiariti:
“Sigo pensando que es imprescindible que la Provincia de Buenos Aires tome a su cargo este tema y obligue a los intendentes a hacer un relevamiento de carnicerías y la inscripción de las mismas, no solo por el tema impositivo, sino también por un problema de salud de la población”, dijo el industrial, que lamentó que “los intendentes no lo hacen y el gobierno provincial mira para otro lado”.