El fuego y el humo en el litoral dispararon el debate por la ley de humedales en el Congreso, que por ahora quedó trunco a la espera de que el oficialismo convoque nuevamente y le dé lugar también a los gobernadores de las provincias involucradas, que pidieron la palabra y que adelantaron que estaban en contra del proyecto oficial.
El diputado del Frente de Todos y presidente de la Comisión de Ambiente, Leonardo Grosso, fue el que presentó esa iniciativa que a criterio de Ricardo Buryaile, legislador de Juntos por el Cambio y ganadero formoseño, peca de contener varios errores. La pelota está en la cancha de los diputados oficialistas que ahora deben decidir si hacen una nueva convocatoria.
Para Buryaile, que es presidente de la Comisión de Agricultura, Grosso “está equivocado en el enforque, tiene en cuenta un solo aspecto, el ambiental, cuando debe considerar también al productivo y social”.
El abogado dijo que el tema está mal planteado desde lo legal, ya que se vulneran derechos de las provincias y posibilidades de inversión.
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Según el proyecto de ley oficialista, “desde que se sanciona la ley se abre un período de 3 años para hacer un inventario de los humedales, cosa que en Estados Unidos demoró 40 años. Eso vulnera la constitución nacional porque los recursos naturales son originarios de las provincias, a las que se les imponen cuando la nación debe tener una ley de presupuestos mínimos y no máximos”.
Por otra parte, eso impide desarrollos productivos y movimiento económico: “Quieren que una vez sancionada la ley no se pueda hacer nada en esos campos cuando los gobernadores están buscando inversiones. En provincias como Catamarca o Jujuy hay minería, el Litio es la gran promesa de la Argentina y se esperan inversiones por 10.000 millones de dólares”.
Esa es una de las tantas actividades en riesgo. Otras podrían ser las del arroz y también la ganadería. Sucede que esa iniciativa impide el ingreso al sistema de especies exóticas: “cuando nos quedan como autóctonas la mandioca, el té, romero y alguna más. La vaca y el caballo son exóticos a nuestro país, entonces no se podría hacer ganadería por ejemplo en la Cuenca del Salado”, ni en el Litoral o NOA o cualquier zona hasta tanto el inventario así de determine.
“Entre el 10% y 20% del territorio nacional se transformaría en un gran parque nacional, pasa a ser una gran reserva natural donde no se puede tocar nada, es un grave error, nosotros lo que decimos es que se debe producir pero en condiciones amigables con el medio ambiente”.
El diputado agregó que se legisla sin tener conocimiento de la realidad social y económica: “acá se sancionan leyes inaplicables, como que la que el año pasado prohibió las quemas por cualquier motivo y determinó sanciones más allá de las responsabilidades de los productores. Luego en Corrientes se incendiaron miles de hectáreas, según esa ley se debería haber sancionados a 16 mil productores”.
Finalmente señaló que con la ley de humedales no se va a acabar el fuego ni el humo que tanto molestaron en especial a la ciudad de Rosario. Cree que por el contrario la situación puede empeorar.
“Si sacamos a las vacas de las islas del delta no habrá quien consuma eso, entonces es como tirarle nafta al fuego”.
Con respecto a los ataques hacia los productores dijo que “ninguno va a quemar su pasto en el invierno, porque no rebrota y nadie quema la comida de sus animales” aunque no descartó que pueda haber algún que otro que lo haga, así como cazadores furtivos. Pero cree que el punto no está en la prohibición sino en concientizar sobre el manejo del fuego.