¿Te interesa congelar el precio de la carne todo el año y ahorrarte la inflación? ¿Te interesa acceder a bonificaciones de hasta el 10% sobre nuestros precios de lista? ¿Te interesa darle destino a tu capacidad de ahorro y ganarle a la inflación por hasta un 20%? Esas son las preguntas que a diario la familia Inzaurraga, dueña de la pyme ganadera La Señalada Carnes, les hace a sus clientes desde hace poco más de dos años.
Aunque la empresa todavía es joven en el universo del e-commerce y las ventas online, la familia tiene años de experiencia en el sector ganadero, actividad que desarrollan en dos campos arrendados de las localidades bonaerenses de Lobos y Navarro.
“Hace doce años que empezamos a producir en el campo. No hacemos ciclo completo sino que compramos invernada, la recriamos en el campo y la terminamos en encierre. En principio vendíamos el gordo terminado a matarifes, pero le dimos una vuelta de rosca y comenzamos a transitar el camino de vender la carne que nosotros fabricábamos en el campo. Fue así que nos matriculamos como matarifes y abrimos carnicerías”, contó Fernando Inzaurraga, gerente de la empresa, a Bichos de Campo.
La familia faena aproximadamente 250 animales por mes, en el frigorífico Visom ubicado en Malvinas Argentinas, y mantienen un stock que ronda las 600 a 700 cabezas, números que varían en función de la alta rotación que tienen.
Luego de siete años de abrir sus locales comerciales al público, la empresa decidió dar un paso más y volcar sus productos en una tienda online. Para darle un valor agregado a su emprendimiento y diferenciarse de otras firmas con comercio online, La Señalada Carnes comenzó a ofrecerle a los consumidores la posibilidad de invertir en el negocio. ¿Cuál fue el principal atractivo de esta propuesta? Congelar el precio de la carne y darle pelea a la inflación.
“Somos una pyme familiar que no tenemos grandes capitales atrás, y en esta decisión de seguir creciendo es necesario conseguir inversionistas. Para eso se nos ocurrió hacer, entre comillas, una sociedad entre el consumidor y la empresa. Como tenemos intereses comunes, pensamos: ¿por qué no vemos la forma de trabajar de forma asociativa con quienes consumen nuestra carne? Ahí pensamos cómo ayudar al consumidor a protegerse contra la inflación”, explicó Inzaurraga.
“Para eso desarrollamos distintos productos, desde darle la posibilidad a una familia de que congele el precio de la carne, pagando por anticipado lo que va a consumir todo el año a principio de año, a tener una rentabilidad monetaria como inversor”, detalló el ganadero.
-¿De qué forma logran esta propuesta?- le preguntamos.
-Con esa plata compramos animales, congelamos el precio de ese momento, y vamos entregando de forma pactada y progresiva la carne por semana a esa familia que decidió subirse al sistema. Ese congelamiento es en función del precio de ese momento. Si alguien entrara hoy y el asado está, por ejemplo, 1700 pesos, paga todo el asado que consumirá todo el año y nosotros le iremos entregando esa mercadería. Cuando de acá a un año coma un asado, lo habrá pagado 1700 pesos y no los 2500 que estará en su momento.
-¿La persona puede elegir más de un corte?
-Sí. Son kilos de carne de la variedad de cortes que el cliente quiera. Lo vamos complejizando al sistema.
-¿De qué forma lo hacen?
-Como para algunos es difícil saber cómo será el consumo de carne en el año, también lo monetizamos. Uno puede retirar o la carne o saldos en dinero. Es como un plazo fijo. Al hacerlo en carne nosotros tomamos como parámetro el precio por kilo de novillo de arrendamiento del MAG. Es un índice de actualización diaria. La idea conceptual es que al hacerlo en kilos de carne te protegiste de la inflación porque la carne va copiando la inflación.
Y agregó: “Para inversiones financieras, lo hacemos en kilo de carne y pactamos una rentabilidad con el inversor. Tiene que ver con el tiempo y los volúmenes. Vos invertís tanta plata y eso se transforma en kilogramos de carne en el mercado, por ejemplo el equivalente a 10.000 kilos de carne. En un año cobrarás el equivalente a 1200 kilos de carne novillo, por lo que te protegiste de tu inflación y tenés el 20% sobre el capital inicial, que es una renta súper interesante. Esto lo vamos ajustando. Somos muy nuevos y la realidad de este país también te va planteando cosas muy particulares como que estuvimos más de seis meses con el precio de la carne clavado por todos los fenómenos climáticos y la liquidación de hacienda”.
-¿De dónde sacaron esta idea?
-No la vimos en ningún lado. Se nos ocurrió pensando en cómo tratar de tener un buen producto y en cómo ayudar a nuestros clientes. De alguna manera esto es asociarse en el beneficio. Es hacer el camino en contra de las presiones inflacionarias que hacen que uno se cubra y suba y suba el precio. Bueno, paremos la pelota, no subamos y tratemos de anticiparnos. Nuestro granito de arena es trabajar con ideas que aporten a frenar la inflación y no acelerarla.
-¿Ya hay resultados positivos?
-Todos los inversionistas que han ingresado han tenido algún beneficio, en mayor o menor medida, respecto a la inflación. Más allá de la coyuntura y de los saltos, si uno hace comparaciones de mediano o largo plazo también logra beneficios sustanciales frente al dólar.
-¿Cómo le dan confianza al consumidor?
-Ese es un punto central y clave. Nosotros no tenemos otra forma de dar confianza más que mostrar quiénes somos y qué hacemos. Nos mostramos personalmente, nos parecen importantes las charlas mano a mano, el uno a uno. Aconsejamos a quienes tengan dudas que no entren. Es un sistema que se tiene que basar en la confianza. Hay que establecer una relación de confianza y seriedad que en nuestro corto recorrido es eso, mostrar cómo trabajamos.
-¿Cuántos inversionistas tienen hasta ahora?
-Debemos tener entre 15 y 20 inversionistas. Es una etapa muy inicial y nosotros la vamos llevando despacio para no cometer errores y tenerlo bien controlado. Crecer implica también crecer en animales y en producción en el campo, en tener una estructura de ventas que permita darle un destino a esa carne que hicimos. Más allá de esta idea simpática e innovadora, detrás hay mucho trabajo que hacer para que el crecimiento sea genuino. El crecimiento descontrolado es motivo de fracaso. En eso queremos ser muy prudentes.
Actualmente la empresa es enteramente manejada por la familia de Fernando: su mujer, sus tres hijos y las respectivas parejas de estos.
-Ya con un par de años de ruedo, ¿ven rentable el negocio de la venta de carne por internet?
-Sí, es un sistema que funciona muy bien. Por supuesto que tiene que tener algunas condiciones necesarias y cuidadas. Primero hay que tener un buen producto. Siempre digo que en Argentina todos sabemos de carne y nadie puede estafar a nadie. Tenés que tener un buen producto y sostenerlo en el tiempo. Por eso intentamos que más del 90% de lo que comercializamos haya sido producido por nosotros. Después de la calidad viene el precio, que tiene que ser razonable pero que tiene que permitirte también ser competitivo. Y el servicio tiene que ser bueno. Intentamos dar un servicio de entrega muy personalizado y con una atención posventa donde estemos cerca de las necesidades del cliente. Es un combo de condiciones que uno tiene que tratar de armonizar. Cuando eso tiene un equilibrio bastante bien logrado, el consumidor suma y no se vuelve tan difícil vender.