Cristian Farías y Carla Morello son de la ciudad de Dolores, en la provincia de Buenos Aires, ubicada en el kilómetro 212 de la Autovía 2, que va de Buenos Aires a Mar del Plata. Dolores fue fundada en 1817 y por eso se la llama el primer pueblo patrio, por ser el primero que nació luego de la declaración de la Independencia de 1816, aunque los curuzucuateños de Corrientes reclaman ser los primeros, porque su ciudad nació en noviembre de 1810, aunque antes de la Independencia.
Dolores posee una gran tradición folklórica. En ella se celebra la Fiesta Nacional de la Guitarra a comienzos de marzo, porque allí nació Don Abel Fleury, un magistral guitarrista, músico, concertista y compositor que trascendió las fronteras de Argentina. También se celebra la Fiesta de la Torta Argentina los 25 de mayo patrios y los días 26.
Carla y Cristian habían sido novios en su adolescencia, y hace unos años se reencontraron, separados ambos, ella con tres hijos y él con dos. Se unieron con sus respectivos hijos a cuestas, y el año pasado tuvieron un fruto en común, con el nacimiento de Benicio.
Carla es odontóloga y Cristian trabaja en ANSES. A fines de 2014 viajaron a Salta y -buscando comprar presentes para llevar a su regreso- visitaron una fábrica de alfajores. Allí fue que se dieron cuenta de que su ciudad no tenía un alfajor propio que la identificara.
Dolores sí tenía su famosa “Torta argentina”, desde sus orígenes, en tiempos de la colonia. Resulta que una familia de la alta sociedad dolorense de esa época les encargó a sus empleadas domésticas, mulatas ellas, de oficio planchadoras, que cocinaran una torta para celebrar un 25 de Mayo. Así fue como cocinaron la hasta hoy afamada torta, dentro de un rancho que aún se conserva, en la calle Mendiola, entre Necochea y Olavarría. Cuenta la crónica que la torta llegó a hacerse en la panadería de los Hermanos Espil, que luego pasó a ser de mi abuelo materno, José Natal Locatelli.
Carla y Cristian, entonces, decidieron elaborar un alfajor bajo la marca “Don Abel”, en honor al gran guitarrista Don Abel Fleury.
La receta tiene como base a la tradicional Torta Argentina. Un alfajor de forma cuadrada, no redonda, porque según me cuenta Cristian el origen del alfajor es árabe, y era cuadrado. El popular postre nos llegó mediante los españoles y en Córdoba se le dio la forma redonda. Pero ellos elaboran la Torta Argentina del mismo modo, en forma cuadrada. Esta tradicional torta lleva 25 capas de masa y el alfajor tiene 4 capas de esa misma torta.
Al comienzo cocinaban ellos en su casa con la ayuda de sus hijos. Pero al poco tiempo registraron la marca y decidieron recuperar el lugar donde el papá de Carla fabricaba los molinos para los campos, con su marca “Chingolo”. Así es como hoy la fábrica de alfajores y tortas está ubicada en la calle Agustín Álvarez 590 de la ciudad de Dolores, a 6 cuadras de la plaza central, y a una cuadra del Colegio Nacional de Dolores.
Como si con tener tres trabajos fuera poco para este matrimonio, al poco tiempo crearon la empresa de catering “Cirilos”, con servicio de lunch y de platos fríos y calientes. Un día fueron seleccionados por el Ministerio de Turismo de la Provincia de Buenos Aires, para realizar los caterings de los eventos que realiza éste por toda la provincia. Por eso cuentan con un catálogo de productos de toda la provincia. Por ejemplo: un queso de Suipacha con un salame de Tandil y un aceite de oliva de Coronel Dorrego; gírgolas de Cañuelas, con quesos de Los Toldos y salames de Mercedes. Para coordinar este ámbito de la empresa incorporaron a Martín Farías, que es chef y hermano de Cristian.
La empresa cuenta en el mismo lugar con tres secciones: una dedicada a la producción de los alfajores, otra para la elaboración de los servicios de catering, y otro sector para la venta al público de los productos Don Abel, donde brindan servicio de cafetería y a los turistas les cuentan la historia de la empresa.
La masa de la Torta Argentina, al igual que la de los alfajores, no es la de un bizcochuelo común. Lleva mucha manteca y las capas no levan. Se fabrican con moldes especiales, que son cuadrados en los productos Don Abel. Los alfajores se presentan de chocolate negro, chocolate blanco y glaseado, rellenos de dulce de leche, aunque hay uno con relleno de mermelada de fruta cubierto con glaseado.
Los moldes cambian a redondos para una nueva línea de alfajores bajo la marca “Miles”, nombre que le pusieron en referencia a que ellos son una familia muy numerosa, un montón. Este último es del tipo marplatense.
Cristian resume esta aventura comercial como “una historia de amor”. Su esposa y él provienen de familias que les dejaron el ejemplo del sacrificio diario, y eso es lo que pretendieron entregar a sus hijos: un emprendimiento de trabajo y amor a su pago y su patria, que no da tregua, y sobre todo en los tiempos que corren. Hoy tienen el orgullo de sostener muchas fuentes de trabajo, y para ello deben usar el ingenio y la creatividad sin descanso. Pero no han perdido la calma en el andar y el hablar de los pueblos chicos de gesto antiguo. La frescura de sus sonrisas contagia y encanta tanto como sus tentadores alfajores.
Como la empresa crece y hasta sueñan con exportar algún día, ya hace tiempo que se preocupan por delegar responsabilidades. Unod e sus hijos ya ha decidido seguir una carrera afín para poder administrar. Pero la vida les trajo una sorpresa, a “Coca” Di Franco, una señora jubilada que un día entró a su negocio y les dijo que a su producto podría venderlo con toda naturalidad. Y así fue como la contrataron y hoy es casi la cara visible de Don Abel, porque es ella la que sale en todas las ferias a ofrecer los alfajores en una bandeja irradiando la simpatía de una abuela casi duende, a la que nadie puede resistírsele. En ella saludamos a todos los demás trabajadores.
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Cristian y Carla nos dedican Milongueo del ayer, de Abel Fleury, transcripta por Jesús Amaya. Don Abel se estudia hasta en Rusia. Grabó 10 obras propias, compuso unos 33 títulos y un arreglo de Clavel del aire, de Juan de Dios Filiberto. En 1940 integró el Cuarteto Argentino de Música Popular con Pedro Maffia y Sebastián Piana. Creó la música para la película Santos Vega, y dirigió conjuntos de hasta 40 guitarristas entre los que estuvieron Héctor Ayala, Roberto Grela y Ubaldo de Lío.