Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
El presidente Mauricio Macri recibirá en unas horas, el lunes por la tarde, a las diversas entidades (demasiadas quizás) que conforman la cadena láctea. La reunión será una continuidad de la primera Mesa de la Leche que se realizó en diciembre, aunque desde entonces la situación de los tamberos -el eslabón más débil de ese conjunto- se ha agravado bastante, por la suba de sus costos y un congelamiento de sus ingresos.
Ver Andrea Passerini: “En los últimos meses los tambos estamos otra vez en el peor de los mundos”
El objetivo de este tipo de mesas, impulsadas por el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, es sacarle la punta al lápiz del ajuste de los costos para mejorar la competitividad de cada una de las actividades. La estrategia economicista puede funcionar en el caso de algunas cadenas agropecuarias, en especial las que muestran mayor nivel de concentración e integración de los actores. No es el caso precisamente de la lechería, donde unos 10 mil tamberos que quedan en pie deben interrelacionarse con unas 20 empresas lácteas grandes y cerca de medio millar de Pymes queseras.
En el INTA Rafaela, en el corazón de la principal cuenca lechera de América Latina (así al menos la anunciaban todos los funcionarios cuando allí marchaban bien las cosas), se acaban de presentar los resultados preliminares de una encuesta que todavía se mantiene en secreto, pero que el presidente Macri bien podría pedir y leer antes de sentarse frente a los dirigentes de los productores de leche.
¿Por qué Macri debería conocer los datos que surgen de esta encuesta? Para entender -transcurridos dos años de su gobierno-, que el sector tambero necesita no solo recuperar “competitividades” para poder volver a los niveles de producción y de exportaciones que supo tener, y acaso quizás incrementarlos en el mediano plazo. Eso está muy bien.
Pero La crisis de los tambos no es solo económica sino también social y laboral. Ninguna política lechera sensata debería omitir que acá hay muchas vidas en juego, salvo que esa sea la política: dejar que los chicos se mueran como peces fuera del agua, mientras el “negocio” se concentra entre menos actores, pero mucho más eficientes y de mayores recursos.
La encuesta se hizo sobre un total de 190 tambos de todas las escalas y las zonas de producción y trata de entender cómo quedó parado el sector luego del ciclo 2016/17, que quedará en la memoria porque coincidió con dos de las peores inundaciones que hayan sufrido los tambos, especialmente de Santa Fe y Córdoba.
¿Y qué dice?
- El 70% de los tambos que siguen en pie producen menos de 4.000 litros de leche por día (y el 49% menos de 2.000 litros), lo que da cuenta que se trata de establecimientos “familiares” y no de meras “empresas”.
- El 60% de los 190 tambos consultados sintió de lleno el impacto de las inundaciones, ya que sufrió algún tipo de anegamiento. El 16% de ellos quedó al menos 5 días aislado por las aguas. Y el 2% llegó a cerrar temporalmente ante el fenómeno de abril de 2016, que se repitió en enero de 2017.
- En general se perdió el 26% de la leche producida por el sector, con picos del 43% de pérdidas en el 60% de los tambos que fueron afectados por la inundación.
- Frente a esta fuerte retracción de la oferta de leche, los precios al tambero se recuperaron fuerte el año pasado respecto del ciclo 2015/16, cuando habían llegado a 0,258 dólares por litro. En el periodo analizado treparon hasta 0,313 dólares. Pero lo que parece bueno se esfuma al saber que en el promedio de la década (entre 2008 y 2016) el valor había sido superior, de 0,32 dólares por litro.
- En consecuencia, la crisis climática no produjo una suba real de los valores pagados a los productores sino apenas una recuperación de los precios derruidos, que volvieron a ubicarse dentro del rango histórico. Una vergüenza: en febrero de 2016, antes de la inundación, los tamberos cobraban un mínimo histórico de 0,189 dólares. En mayo, después de la inundación, pasaron a cobrar un pico de 0,396 dólares.
- Estamos hablando de gente grande como para sufrir tantos vaivenes. En promedio, los tamberos tiene 58 años de edad y el 66% de ellos no tiene otro ingreso que no sea el de su actividad agropecuaria.
- Un 32% de los tamberos solo logró terminar la escuela primaria mientras que otro 36% pudo acabar con sus estudios secundarios.
- En el promedio de estos tambos, la escala productiva es de solo 205 hectáreas y descendió de las 210 del año anterior. Entre 2001 y 2004 la superficie promedio de los tambos era de 255 hectáreas.
- El 53% de la superficie explotada por estos productores es tierra propia, mientras que el otro 47% se arrienda, a un costo promedio de 73 litros de leche por hectárea y por mes. Cuanto más chicos son los tambos, más tierra deben arrendar para “mejorar su escala”. Los de menos de 1.000 litros/día arriendan en promedio el 61% de los lotes que ocupan.
- La mayoría de los tambos no han podido actualizar sus equipos en los últimos años. La mayoría de los equipos de ordeñe y de frío tienen una antigüedad mayor a los diez años, el 44% de los tractores de hasta 100 HP tienen más de 30 años, en tanto que los mixer y las estercoleras superan fácilmente los 5 años de vida.
- En el 16% de los tambos todavía ordeña el productor, aunque este porcentaje crece a más del 50% en aquellos establecimientos de menos de 1.000 litros diarios.
- En este contexto general, hay muy poco manejo “empresarial” de los establecimientos lecheros: 71% de los casos no realiza planificación de personal; un 63% no utiliza un presupuesto financiero; el 43% no registra cómo se utiliza el suelo; etcéteras. Los indicadores de profesionalización de la actividad solo mejoran un poco cuando hablamos de manejo reproductivo.
- La Unidad Productiva promedio está más cerca del infierno que del cielo: la media es de 2.774 litros por día. Hay una baja importante desde el ciclo anterior, cuando se llegó a 2.982 litros. A comienzos de milenio, entre 2001 y 2004, ese indicador había sido de 2.148 litros.
- Esto equivale a 17,41 litros por día por vaca en ordeñe. En el ciclo lechero 2014/15 había sido de 19,25 litros. La carga promedio por hectárea, en tanto, es de 1,36 vacas por hectárea, también cayendo.
- En términos de productividad, los tambos obtuvieron 7.021 litros de leche anuales por hectárea, más de mil litros menos respecto de las 8.230 litros de 2014/15.
- Tomando un ingreso promedio para el periodo analizado de 4,7 pesos por litro (la leche es el 85% del total de ingresos de estos tambos), y deduciendo gastos del 30% en alimentos y del 20% en mano de obra; el trabajo técnico calculó una rentabilidad media ponderada: resultó de -1,1% para todo el sistema.
- Los tambos solo empiezan a obtener algo de retorno a partir de tener 3 mil vacas en adelante. Los mega tambos de más de 10 mil vacas en ordeñe pueden obtuvieron un retorno de 10%. Pero representan apenas poco más del 3% del sector.
- Pero los tambos de menos de 100 vacas en ordeñe, que son el 24% del total, lograron solo un 2% de rentabilidad en planteos de muy alta incorporación de tecnología, con una carga de 1,5 animales por hectárea y una productividad que triplique la de los planteos menos tecnificados.
Esta es la foto que surgió del trabajo del INTA Rafaela, la que debería mirar Macri antes de sentarse frente a los productores de leche. Solo un 19% de ellos atravesó esta gran crisis lechera sin endeudarse con nadie. Pero en la otra punta, el 5% de los productores tiene un endeudamiento muy elevado. En promedio, los tambos tienen una deuda equivalente a 31% de su patrimonio en vacas, o a casi 3 liquidaciones mensuales de su leche.
En el margen de la fotografía de la última campaña lechera debería figurar además que un 7% de los productores declararon que tienen intención de dejar la actividad, mientras que el 93% dice que piensa en seguir e inclusive en crecer. Vascos o piamonteses, la mayoría empecinados, que además no saben hacer otra cosa.
Nada. Solo datos que el presidente necesita saber para que la política lechera de su gobierno recupere algunos rasgos de humanidad que no han aparecido demasiado hasta ahora.
No hay signos de Humanidad alguno y de Conocimientos de la Realidad MENOS,Por parte del Presidente y la gente que designo, bien lo digiste el 30 y pico solo tiene primaria y 30 pico secundario y ENCIMA se IMPONEN QUE TIENEN QUE HACER TODOS LOS TRAMITES INFORMATICAMENTE POR EL “NUEVO SISTEMA IMPUESTO A TRAVES DE MIN. MODERNIZACIÓN” y Estan DESTROZANDO LOS ORGANISMOS que Fiscalizaba, trabajaban y colarboraban con los DISTINTOS SECTORES PRODUCTIVOS. INTI INTA SEMILLA SENASA ETC.
UNA VERGUENSA HABLAN DE COSTOS Y SIGUEN CREANDO MINISTERIOS Y SECRETARIAS …
Gracias, un vasco que la va a seguir peleando. Gran parte del problema son la falta de reglas claras para los dos lados, gracias.
Excelente nota!!, se necesitan reglas claras y que el gobierno sea.arbitro imparcial entre los distintos eslabones de la cadena lactea.
EXCELENTE NOTA. La actividad tambera debe ser de las de mayor arraigo por lo que hay que sumar propuestas para darle soluciones de largo plazo. No sólo en lo económico, incluir las necesidades sociales, educativas y culturales de la gente vinculada al sector.
La realidad supera cualquier ficcion. Y esta expresada en este estudio que divulga el periodista. Y mientras no exista un “MARCO REGULATORIO” con reglas claras para todos los actores cada ves se iran mas productores de la actividad. Y no pretendamos pedirle “humanidad” o consideracion ni al Presidente ni a los funcionarios. Si no la tienen ni con la vida de las personas. Son los productores loa que tenemos que tener claro lo que pretendemos ai queremos subsistir. Reclamemos lo que nos corresponde unidos y con claridad. Si no a llorar al campito.
Si me aceptan una sugerencia, yo haría una diferenciación clara entre “Tambero” y productor. Si bien a ambos se les dice tamberos, al no aclarar se confunde al lector.
Muchas gracias
Un plazo fijo te paga hasta 10 veces la rentabilidad que deja un tambo chico… Argentina!!! País generoso!!!