El 2023 arrancó muy mal para la producción de pollos, que espera caminar por otro sendero este año.
Hace cerca de un año comenzaron a notificarse los primeros casos de la influenza aviar, lo que llevó a la Argentina a perder el status sanitario de libre de esa enfermedad. Esa condición se recuperó recién en agosto, pero muchos mercados siguen de todos modos cerrados. Entre ellos figura nada menos que China, un gran demandante de productos avícolas nacionales.
“Tuvimos una caída en exportaciones de nada menos que de 75.000 toneladas sobre las 230.000 que habíamos exportado en 2022”, indicó Roberto Domenech, el titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA). La caída fue de nada menos que 32%.
La merma en el volumen exportador también se reflejó en divisas, ya que por la crisis sanitaria debieron colocar mercadería en destinos de menor valor y aceptando precios aún más bajos que los habituales para la carne blanca argentina.
Las divisas ingresadas en 2022 habían sumado 385 millones de dólares y cayeron a solo 150 millones el año pasado. La baja fue de 60% y no resultó todavía mayor porque al tiempo que se cerraron importantes mercados se abrieron otros 19, pero de menor valor.
En la medida en que la enfermedad se fue controlando, los mercados se fueron reabriendo aunque quedan dos muy importantes para el sector a los que no se puede acceder todavía con el pollo local.
“Si se abren los dos mercados más importantes que nos quedan cerrados todavía, como China y Chile, es muy probable que podamos recuperar las ventas al extranjero e incluso ser más activos, fortalecer e impulsar nuestra presencia en 10 de estos 19 mercados nuevos que hemos habilitado. O sea, las expectativas son buenas, estamos cuidando muchísimo el concepto de seguridad y de capacitación de la gente en las granjas para evitar riesgos sanitarios” dijo Domenech.
Luego agregó que -aunque pasan los meses- esperan poder recuperar esos destinos en poco tiempo más. “Estamos expectantes de dos visitas (inspecciones sanitarias), la de China para marzo y aspiramos que a fin de ese mes tengamos también la de Chile”.
Si todo sale bien en esas recorridas veterinarias, “entraríamos nuevamente en una actividad importante en materia de exportación”, agregó el titular de CEPA.
¿Y cuánto pagan estos países por esa carne? “Depende mucho del producto. Chile, por ejemplo, es un país donde se exportan supremas, pollos enteros, hay mucha compra directa de supermercados y en general hay varios distribuidores que vienen con sus propios camiones a cargar en Argentina y a llevarlo para Chile. No tenemos referencias de valores recientes, pero el año pasado pagó en torno a los 2.500 dólares por la tonelada de suprema y 1.800 por la de pollo entero”, dijo el referente avícola.
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En tanto, en el caso de China, por los embarques de “la garra de primera calidad podemos hablar de 2.800 dólares la tonelada. Es una garra grande, es una garra impecable. En cambio por la garra chica que va a Medio Oriente se pagan 1.500 dólares la tonelada”.
Domenech además se mostró conforme con la decisión del gobierno de no incrementar los derechos de exportación al sector que iban a pasar del 9% al 15%. “Esa diferencia de 6 puntos o la cargamos en los costos o en los precios de venta, pero en el comercio mundial el resultado es de 1% o 2%. No hay forma de justificar ese incremento en el impuesto a la exportación”.