“Lo que no se dice es que detrás de esos 450 tamberos que cerraron según el OCLA (Observatorio de la cadena Láctea), hay 450 familias que quedaron sin trabajo”, advirtió Pedro Rostagno, presidente de la Sociedad Rural de Rafaela, donde se enclava la principal cuenca lechera del país.
No es novedad decir que la lechería vive una larga crisis de rentabilidad que por estos días se ve agravada por la devaluación y la sequía (que impactaron de lleno en los precios de los granos) y por el aumento de otros costos internos, como la electricidad que se necesita para hacer andar la ordeñadora. Este combo hizo que los tamberos volvieran a movilizarse. Lo hicieron en Cañuelas, y hora convocan a una nueva asamblea en Rosario el jueves 12 de julio. Esa reunión estará presidida por el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa.
Rostagno explicó a Bichos de Campo que “este proceso de devaluación, sumado a los problemas climáticos, hace que muchos productores piensen en abandonar la actividad y en vender sus animales”.
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El veterinario y productor tambero consideró que la reunión de la cadena lechera en Agroindustria de la semana pasada “marcó algunos avances y al menos no estuvo empantanada como en reuniones anteriores”. De todos modos aclaró que “la Dirección de Lechería tiene una mirada de faros muy largos y le parece que todo lo que hace, lo hace bien, pero el tambero es el que tiene los pies en la tierra y el que tiene que vivir el día a día con todos los aumentos”.
Ver: Mientras pasan las reuniones, el último año cerraron otros 450 tambos en la Argentina
Rostagno remarcó que la zona de “Rafaela atraviesa una situación particular, ya que allí la producción de leche se hace, en su gran mayoría, sobre campos alquilados. Esos alquileres se pactan o en litros de leche o en quintales de soja, de modo que cuando a vos se te escapa alguna variable, los costos se van muy arriba y vuelven insostenible la producción”, advirtió.
El dirigente rural analizó que “hay mucha gente que aguanta en la actividad porque hay familias detrás. Pensemos que mientras el tambo emplea una persona cada 25 hectáreas, la agricultura emplea una persona cada 500 hectáreas”.
“Dicen que los modelos deben ir hacia sistemas intensificados. Pero en realidad, el mejor sistema es aquel que el productor puede gerenciar. Acá conviven desde modelos netamente pastoriles y familiares, hasta sistemas de alta intensificación. El productor es quien debe tomar la decisión y evaluar en cuál se siente más cómodo, y no que el Estado sea el que conduzca hacia un sistema predeterminado”, razonó el dirigente.
Respecto de la asamblea en Rosario, Ristagno dijo que “tenemos definido un plan de trabajo debido a la no solución de los problemas estructurales. Por eso queremos reunirnos las entidades tamberas de nuestra región (Carsfe en el orden provincial y CRA en el orden nacional) para rediscutir ese plan, refrendarlo y tomarlo con más solidez para darle apoyo a nuestros representantes cuando vayan a las reuniones, porque detrás de ellos hay un montón de tambos distribuidos por todas las cuencas”.