En Villa María, Córdoba, funciona desde hace dos años una Escuela de operarios para la producción lechera. Aunque ese sector ha vivido en los últimos años una crisis de rentabilidad importante y cerraron muchos tambos, los expertos afirman que la demanda de mano de obra capacitada es intensa y que hay chances de conseguir trabajo si uno está bien capacitado en nuevas tecnologías.
“Hoy estamos en medio de una crisis lechera momentánea. Pero la crisis de la mano de obra, del recurso humano en el sector, es de viaja data”, dijo a Bichos de Campo la jefa de la agencia del INTA en Villa María, Mónica Moretto, una de las impulsoras de esta escuela. Ella tiene claro que en el sector lechero escasea la mano de obra bien preparada para realizar las diferentes tareas, más allá de la situación coyuntural que viven los tambos.
“El factor humano es indispensable en este sistema, y si no existen las personas no existe el sistema. El robot es una tecnología que existe, pero a la que muy pocos acceden. En el 99,9% de los tambos siguen funcionando con personas que hacen el trabajo”, explicó Moretto, quien describe que actualmente se hace difícil encontrar mano de obra lo suficientemente capacitada para cubrir esos puestos.
Un dato muestra este déficit. Tradicionalmente el personal de los tambos de la cuenca cordobesa provenía sobre todo del norte de Santa Fe. “Pero ahora viene gente a trabajar de Formosa, Chaco, Santiago del Estero, y está entrando mucho paraguayo a los sistemas. Vienen sin conocimiento sobre cómo realizar las tareas y manejar las tecnología”, explicó la técnica del INTA.
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La especialista en lechería exhibió una paradoja, pues mientras crecen las quejas de los productores por la falta de mano de obra preparada, son muy pocos los empresarios que envían a su gente a capacitarse. “Hay que cambiar la cabeza del productor, que hoy por hoy está dejando el mayor capital que tiene, que son las vacas, en manos de personas que no están capacitadas”, advirtió.
En este contexto nació la Escuela de Operarios de Villa María, que funciona en la sede de la Sociedad Rural local.”Ya vamos por dos años de actividad. Se busca incorporar a alumnos de las agrotécnicas que a lo mejor no tienen la posibilidad de seguir una carrera universitaria o terciaria. Son la mano de obra posible para que entren a los sistemas productivos”, explicó Moretto.
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La duración de la cursada es de ocho meses, todos los viernes y sábados. Los chicos se juntan y duermen en el lugar. Usualmente los sábados salen a hacer prácticas en los establecimientos de la región.
-¿Suponemos que recibirán muchos llamados de los productores pidiendo gente para trabajar?– preguntó Bichos de Campo.
-Llamados y pedidos tenemos un montón. Gente que llama y dice que necesita gente. La realidad es que el grupo que se capacitó el año pasado, eran todas personas que ya tenían trabajo. Este año estamos teniendo algunos nuevos para insertar al sector el año que viene. Esperamos seguir sumando jóvenes a los que les atraiga este oficio- respondió Moretto.
-¿Y es muy duro trabajar en el sector?
-Hay muchos sistemas productivos que se están reconfigurando y necesitan una profesionalización y parcelización de los trabajos. Hoy ya no existe la polifuncionalidad sino que hay un responsable del ordeñe, otro de la alimentación o del mixer, otro de la inseminación, etcétera. Tenemos que ir sacando lo mítico, el tabú. Hay muchas condiciones que hoy son buenas en comparación de lo que teníamos veinte años atrás.