Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
El tuiter que sigue no es el anuncio repetido de un tambo más que cierra sus puertas porque sus dueños se cansaron de perder plata. Porque el que cerró no es un tambo cualquiera y mucho menos un tambo viejo que no aplicaba tecnología ni innovaba. El que cerró era un tambo bien moderno y cojonudo, que intentaba convertirse en un tambo-fábrica robotizado que iba a ser el primero de su tipo en el país. El que cerró, al menos por ahora, era un tambo pensado para el futuro.
https://twitter.com/Martin_Brito17/status/1010204833675141122
“Sí, se vendió el tambo. Ya no se pueden alimentar como corresponde a las vacas. Para aquellos que les interese, el robótico sigue en marcha. Parirán allí las vacas que nos quedamos”, escribió no sin angustia Martín Brito, que junto a su padre y a su hermano Gastón hace diez años tomaron el control del establecimiento lechero que ahora decidieron cerrar, unos meses antes de terminar de convertirlo -como querían- en un tambo modelo.
La familia solo conservó algunas vaquillonas con las que intentará, a fin de año, dar en la tecla correcta del negocio lechero: producir leche y elaborarla, de modo de no depender de una industria que se aprovecha de los tambos y le paga la materia prima por debajo de sus costos, como sucede hace varios años.
Ver: Los tambos reclaman una “urgente recomposición” del precio de la leche
El primer síntoma de que las cosas no iban bien con ese proyecto apareció en los avisos clasificados que los productores colocan gratuitamente en el sitio especializado TodoAgro, que es muy leído por toda la comunidad lechera. El propio Martín informó a sus pares: “Venta Vc y Vq 3ple cruza. Se venden aprox 110 VO 60 porc preñadas y 30 Vq preñadas (mitad con sexado). Cruzas Ho-Je-SRB. Zona Rio Cuarto. Para entendidos en CRUZAS”. Era el 13 de junio. Tan buenas eran las vacas que el comprador apareció en menos de una semana.
El tambo que se desmanteló estaba ubicado en Coronel Moldes, a unos 50 kilómetros al sur de Río Cuarto, sobre la ruta 35, en un predio de 5 hectáreas donde los Brito estaban construyendo también una fábrica de quesos que les iba a permitir cerrar el circulo y no depender de nadie. A esa firma la habían bautizado “Estancia El Sol Argentino de Roldán”, en homenaje a un tatarabuelo llamado Mariano Roldán, fundador de Benito Juárez. La idea era -y sigue siendo- agregar valor en el mismo lugar a la leche un tambo atendido por dos robots importados, que se iban a ocuparse del ordeñe cotidiano del plantel de 120/130 vacas perfectamente estabuladas. Por eso resultaba innovador todo el esquema.
Héctor Huergo, el director de Clarín Rural, se especializa en dar buenas noticias, en especial si hablan de intensificación, y en omitir las malas noticias, sobre todo si hablan de productores que sufren problemas. En las páginas de ese suplemento, el comunicador anticipó en diciembre de 2017 esta experiencia.
Ver: Los tamberos dicen que no llegan a fin de año, pero no putean a nadie
“Será el primer tambo robot de Sudamérica con una quesería en el mismo lugar”, contaba Martín en ese momento, entusiasmado por la inminente llegada de los robots ordeñadores. El productor acumuló una larga y sólida experiencia sobre el negocio de la leche. Había trabajado en el INTA Rafaela, con un grupo de Cambio Rural lechero, y en la empresa Alltech, especializada en nutrición. También realizó un postgrado en la Universidad de Fresno, en California.
El mes pasado, también el suplemento cordobés AgroVoz tomó el caso del tambo-fábrica robotizado, que seguía en construcción, y planeaba arrancar en pocos meses más. “Los hermanos Gastón y Martín Brito están convencidos de que la lechería es un buen negocio. Por eso están invirtiendo en la construcción de un establecimiento que producirá leche y elaborará quesos. Con la particularidad de que la tarea de ordeñe la realizan dos robots traídos desde Suecia”, relataba el periodista Alejandro Rollán en esta nota publicada el 31 de mayo, hace nada.
Tanto era el empuje, tanta la seguridad que mostraban los hermanos, que la noticia del cierre del establecimiento tambero causó conmoción en la comunidad lechera. Entre lamentos, algunos preguntaron las razones y el propio Martín Brito contestó en las redes sociales, sin esconder nada:
- “Las decisiones se precipitaron de un mes al otro, cada semana que pasa se complica más… A fin de año arrancaremos el tambo robótico con elaboración y venta propia”.
- “La verdad es que cada uno dice ‘basta’ y ese día deja de regalar capital propio al pinche Estado y a toda la cadena ladrona. Nuestro día fue hoy. Reapareceremos con industrialización y venta propia”.
- Contó además que el cierre del tambo no implicó despido de personal. “Nuestro compromiso es que nadie quedaba en el camino!!! Los tamberos pasan como ayudantes de la última ficha que le ponemos al tambo… Una industria con tambo y venta directa”.
- “Es larga la historia… Justo este mes cumplimos diez años de tambo!!! Pero sino se tomaba esta decisión podía comprometer la continuidad del proyecto”.
- “Se decidió no regalarle más nuestro capital a la industria. El bajo precio va a durar mucho y la perdida es mortal… Y más que todo por el cuore!!!”
- Cómo hacemos para seguir casi con el mismo precio de la leche y aguantar el NEGATIVO. Nosotros dijimos basta no se regala + capital a la cadena. El de la industria no me creía que cerrábamos. ‘Espera me dice, ya va a subir’. Ja, ja, ja. Ya no me como más el amague!!!”
- Acá nos dejamos toda la recría +chica para IA (inseminación artificial) y empezarán a parir directamente en el robótico. Si aguantábamos el tambo había que subnutrir a las chicas, cosa que no estaba dispuesto a hacer. Se dio vuelta la página…”
- “Lo lamentable es que no se habla en serio de la crisis de los tambos y lo peor que no se hace nada para solucionarla…”
- “Será el último intento, pero creo que es la única que nos queda a los tambos chicos y medianos. Producirla, industrializarla y venderla… Ahí vamos”.