“La Argentina no ha definido el rumbo en política lechera en 20 años. Y eso ha generado un proceso de deterioro constante producto de no tener claro a dónde se va”, reflexionó Gustavo Vionnet, agrónomo, ruralista (es el vicepresidente de CARSFE, la Confederación de Asociaciones Rurales de la provincia de Santa Fe) y especialista en lechería. Nos encontramos con él en una jornada a campo realizada en El Trébol, en el sur de Santa Fe, dedtinada a analizar qué se puede hacer con la bosta que generan los tambos y otros establecimientos de producción animal.
“Cada unidad de efluente que tira una vaca, cerdo o ave, es un fertilizante baratísimo para la producción agrícola. Lástima que muchos productores lecheros han perdido la esperanza en producir leche y no asisten a estos eventos. Hay un pequeño porcentaje que sí lo hace y saca cada vez más ventaja del resto, que está desmoralizado con la actividad”, lamentó el dirigente de CRA.
Según Vionnet, por la falta de proyecto colectivo “tanto la industria como la producción de leche han perdido competitividad. La industria ha quedado obsoleta y la mayoría de los productores lecheros han pasado a una actividad minifundista, sumamente complicada desde lo financiero”, señaló.
Aquí la entrevista completa con el vicepresidente de CARSFE:
“Si el negocio no es rentable, es difícil que un empresario subsista en la actividad, que invierta. En cambio trata de subsistir gastando lo menos posible y eso lo va poniendo más lejos de la tecnología”, detalló Vionnet.
¿Y por qué es importante la tecnología? “Son herramientas que permiten producir más alimentos, vacas y leche por cada unidad productiva, por cada hectárea”, respondió. Se supone que eso se traduce luego en “mejor calidad de vida a los empleados y animales”.
A esta situación, se llegó según Vionnet, por la inexistencia de un mercado lácteo donde oferta y demanda expresen el precio adecuado para todos los actores. “Lamentablemente en Argentina no hay un mercado lácteo con herramientas modernas, que tenga que ver con precios de referencia y arbitrajes. Para el que productor tenga previsibilidad e invertir en la actividad”., dijo. Qse es el quid de la cuestión para el ruralista.
“La industria sigue ajustando sobre el precio de la leche, que es el mayor costo que tiene, ya que los otros son fijos. Así que no se mejorará tecnológicamente en la medida que el sector se organice y puje por precio”, finalizó.