El consumo de carne vacuna viene en caída. Las estadísticas del Ministerio de Agricultura indican que en mayo el abastecimiento interno permitió un consumo promedio ponderado de 45 kilos por habitante y año, uno de los valores más bajos que se recuerden en los últimos años. La caída se refleja además en los precios de la carne y en su sustitución por otros alimentos más baratos. Esto es consecuencia de la profundización de la crisis económica que se dio con la cuarentena por el coronavirus.
Estas tendencias están bien explicadas en dos informes que publicó el IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna) en su web. Bichos de Campo consultó a Adrián Bifaretti, jefe de promoción interna de esa entidad.
“Hay un dato preocupante en la estadística y tiene que ver con los bolsillos de la gente: 7 de cada 10 personas tuvieron una reducción de sus ingresos en lo que va de la cuarentena, y entonces hay un resentimiento del poder adquisitivo importante”, dijo el analista del IPCVA.
Escuchá la entrevista con Adrián Bifaretti:
La caída del poder adquisitivo de la gente significó que el precio de la carne vacuna se estancara. En junio respecto de mayo, y según la medición del IPCVA, el precio promedio cayó 0,6%, pero la dispersión en la zona AMBA es muy grande. Por caso, el valor promedio en la Ciudad de Buenos Aires fue de 420 pesos por kilo, mientras que en la zona sur del conurbano era de 360 pesos.
Bifaretti consideró que teniendo en cuenta el contexto económico es muy auspicioso que la demanda local haya absorbido sin mayores complicaciones los casi 50 kilos de carne vacuna que se le ofertó en el primer semestre del año. Para todo ese tramo, en rigor, el consumo aparente su ubica por encima de los 49 kilos anuales per cápita.
Descargar informe del IPCVA: Amantes del Asado en Cuarentena
“Mantener un nivel cercano a los 50 kilos de consumo de carne vacuna, sumado a una importante cantidad de carne de pollo y de cerdo, es para valorar y resaltar. Hay que sumar a eso que, frente a las dificultades del comercio internacional, la Argentina pudo mantener un ritmo de exportaciones interesante, porque esta cadena se sostiene con los dos mercados, funcionando armónicamente”, indicó el analista.
La caída en el consumo de carne vacuna la confirmaron los mismos carniceros: “Ese es otro dato preocupante. En las últimas semanas sobre 60 carnicerías consultadas 1 de cada 3 manifestó vender un poco menos de carne que al inicio de la cuarentena”, dijo Adrián.
En la segunda quincena de marzo, con la cuarentena recién estrenada, se dio un shock de compras. La gente salió a estoquearse de carne por temor a quedarse sin ese preciado alimento. Pero luego la crisis se impuso, los precios bajaron y se profundizó la sustitución por otros productos.
“A nivel general hay 37% de la gente que empieza a manifestar menos consumo de carne vacuna y una sustitución por pollo, por cerdo y por otros alimentos”, explicó Bifaretti.
Y añadió: “A esos datos hay que prestarle atención. El efecto sustitución no es de ahora sino de hace tiempo, pero en esta cuarentena hubo mucha oferta de pollo y bajos precios y lo mismo con el cerdo. Estas cuestiones hacen que el escenario a futuro sea más complejo para la carne vacuna: el principal problema es la baja en los bolsillos”, alertó.
Pese a la caída en el consumo, los datos relevados por le IPCVA dan cuenta de que la carne sigue siendo el alimento preferido de los argentinos. De hecho los datos publicados por el INDEC indican que entre mayo de 2019 e igual mes de este año hubo una mejora del 50% en el valor en góndola, por encima de la inflación acumulada del 45%.
Sobre este tema, Bifaretti dijo que del gasto total en alimentos los argentinos destinan 23% de ese dinero a la carne vacuna. Ese valor era de más de 30% hace pocos años.
Además también hay una fuerte dispersión según el poder adquisitivo. En los sectores sociales de mayores recursos el gasto en carne sigue significando más del 30% del total destinado a la compra de alimentos, mientras que en los sectores de menor poder de compra cae a 20%.
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Como telón de fondo, el analista del IPCVA finalmente se refirió a la diversificación de la dieta de los argentinos: “Ahora notás que en toda la población hay un mayor gasto en otros alimentos y hay sobre todo cambios importantes en las generaciones más jóvenes sobre todo”.
“Los segmentos más jóvenes tienen un comportamiento de consumo totalmente distinto. Los más jóvenes gastan más en pollo y menos en carne vacuna y en cerdo, y hasta las diferencias son mayores según el género. Por eso tenemos que prepararnos para darles a futuro ofertas innovadoras desde la carne, trabajando en la conveniencia de su consumo, su practicidad y el ahorro de tiempo”.