El 5 de febrero de 2019 arrancó un Año Nuevo Chino y esta vez el animal que guiará los designios del devenir será el cerdo. Los economistas del IERAL, el instituto de investigaciones de la Fundación Mediterránea, han de estar bastante místicos, porque consideran que el 2019 podría ser un año de recuperación de la actividad porcina argentina, luego de un 2018 para el olvido, donde las pérdidas estuvieron a la orden del día. Luego de un año de perros, literalmente.
Un estudio realizado por este grupo de economistas cordobeses comenzó por contar la evolución de dos granjas de cerdos de baja productividad (una de 250 y otra de 500 madres) que monitorea regularmente el propio IERAL. “Tuvieron márgenes netos de explotación negativos durante el 2018. Por cada kilo de capón que produjeron y comercializaron el año pasado perdieron en promedio 3,9 pesos y 2,1 pesos respectivamente (a precios constantes de diciembre 2018)”. Las dos granjas porcinas que monitorean los economistas de la Mediterránea habían ganado plata en 2016 y 2017
Otros dos casos, pero esta vez con granjas de escala semejante pero de alta productividad, arrojó un escenario algo mejor: “Pudieron sostener sus márgenes en terreno positivo (2,5 pesos y 3,8 pesos por kilo, para la de 250 y la de 500 madres), aunque con una fuerte caída respecto de aquellos logrados en los dos años previos”.
Es decir, el negocio de producir cerdos fue francamente malo en 2018, según esta medición en diversos establecimientos. En el horóscopo chino 2018 correspondía a un año del Perro y la suerte de los productores fue semejante, una suerte de perros.
Pero ahora parece que la cosa cambió y es el turno de los chanchos, cerdos, jabalís o como quieran denominarlos. “En la cultura china, el cerdo está asociado con la fertilidad y la virilidad. Los niños nacidos en el Año del Cerdo son considerados muy afortunados, pues serán felices y honrados”, dice Wikipedia sobre estas creencias.
Pasó el año del perro, que según el trabajo del IERAL, registró los meses más duros en el pasado invierno (julio, agosto y setiembre). En ese momento, en plena devaluación, hasta las granjas más eficientes tuvieron márgenes negativos.
Llegó el año del Cerdo. “Existen algunos elementos para ser optimistas respecto de la situación del negocio en el 2019. La macro debería mejorar respecto del 2018; los salarios mantener o incluso mejorar su poder de compra, la inflación continuar su proceso de ‘normalización’, las tasas de interés bajar algunos peldaños y el tipo de cambio reducir su volatilidad. El consumo interno debiera fortalecerse respecto del año pasado, al igual que las exportaciones”, apuntaron los economistas sobre el devenir futuro del negocio del cerdo.
Ver Las dos caras del cerdo: Crece la producción, caen los productores
Para Juan Manuel Garzón y Valentina Rossetti, que son los autores de este estudio, “también puede jugar a favor de la actividad un cambio en el ciclo ganadero”, en referencia a los bovinos. Refieren a que en enero se produjo el esperado salto de los precios de la hacienda. Esta corrección “puede ser el disparador de un cambio del ciclo, del paso hacia una situación con menor liquidación de hembras y por ende menor oferta de carne al mercado interno”. El cerdo, ergo, ganaría competitividad frente a la carne vacuna.
“Con la llegada de la primavera, los números de la actividad mejoran, observándose un cambio de tendencia. En efecto, el cuarto trimestre trajo buenas noticias, con ingresos que crecieron claramente por encima de los costos”, aseguró el informe. Los precios habrían trepado 17,4% en ese ciclo, contra gastos que solo lo hicieron 3,3%.
Creer o reventar.