Curiosamente este sábado, el SIGLEA informó el precio promedio pagado por la leche cruda por 370 empresas lácteas en diciembre pasado, el último mes de 2024: promedió los 441 pesos por litro, con una variación mínima (0,3%) respecto de diciembre, pero una variación más que importante de casi 128% en relación a doce meses atrás.
No es el valor en pesos, sin embargo, el que miraron todos los actores del negocio lácteo, sino su equivalencia en dólares. En ese caso, el precio pagado en diciembre fue equivalente a 43 centavos de dólares por litro, un valor históricamente alto ya que los promedios en épocas normales se ubicaba en 30 a 33 centavos por litro.
El gran dato es que de la mano de la pata que el gobierno de Javier Milei le uso a la evolución del precio del dólar -que se devaluó a un ritmo mucho más lento que el de la inflación-, el precio pagado a los tambos el año pasado subió nada menos que 45% en dólares. Y esto ubica a la Argentina con uno de los valores de la leche más caros a nivel global.
El OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea) emitió justo en las últimas horas una comparación entre ese precio de la leche en dólares en Argentina y otros países productores. De todos modos, al corregir los valores nominales por la composición de sólidos y el tipo de cambio real multilateral, la leche local seguiría siendo una de las más “baratas” en el plano internacional.
Como sea, algunas fuentes en el sector argumentan que este precio elevado en dólares -que ha permitido recuperar buenos niveles de rentabilidad entre los productores lecheros-, no parece sostenible en el corto plazo y debería ser corregido a la baja en los próximos meses, en cerca de un 10%.