Desde finales de julio, para frenar el drenaje de dólares oficiales, el gobierno nacional implementó un impuesto a la compra de moneda extranjera para pagar la importación de insumos extranjeros para la producción, denominado Impuesto PAÍS. El impuesto grava con un 7,5% las operaciones, y aunque primero se prometió que el rubro de los insumos agropecuarios quedaría exento, finalmente eso no pasó, y quienes ingresan materia prima para la fabricación de insecticidas, herbicidas, funguicidas, y otros insumos vitales deberán contribuir forzosamente con el fisco.
Luego de unos días de convulsión en el mercado, que frenó inicialmente la oferta de este tipo de productos justo cuando está por arrancar la siembra, se reanudó la comercialización pero con un escenario distinto: el valor de algunos insumos, como el herbicida glifosato, llegó al productor un 20% más caro.
Además, en el sector reina una gran incertidumbre, ya que el Gobierno Nacional tiene la potestad de elevar ese 7,5% a 30%, sin necesidad de pasar por el Congreso Nacional, dado que todo este andamiaje está sostenido en la “Ley de solidaridad social y reactivación productiva en el marco de la emergencia pública”.
Bichos de Campo adelantó los movimientos del mercado de fitosanitarios desde la implementación de la medida, y sobre eso fuimos a buscar a los referentes en la materia luego de que comience la reactivación del mismo.
Durante el Congreso de Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa), Federico Landgraf, que es director ejecutivo de CASAFE, la cámara que nuclea a los principales productores y vendedores de fitosanitarios, explicó el actual contexto luego de conocerse el impuesto: “La principal preocupación es saber de cuánto va a ser el impuesto. Es de 7,5%, pero legalmente el impuesto por la redacción de cómo está podría subirse a hasta un 30%. Por lo tanto necesitamos urgente un grado de previsibilidad para poder cerrar los costos de las operaciones y traer los productos con un escenario de certidumbre, y no como hoy que tenemos una imprevisibilidad, no se sabe hasta cuándo podría llegar el impuesto”, explicó.
Landgraf lamentó el escenario a futuro y el posible traslado al productor de esas cargas: “El impuesto afecta una operación de importación de un producto que se va a formular. Es parte de la cadena de costos de una empresa que formula localmente, El traslado, si hubiera traslado, después lo decide cada una de las empresas. No debiera haber una relación directa, que me cobran 7,5% acá, me doy la vuelta 7,5% al otro lado. Porque la afectación depende mucho de cómo es la composición de importaciones de esa empresa”, marcó.
“El mercado de fitosanitarios es un mercado competitivo, es un mercado en el que realmente se piensa dos veces la estructura de precios de las empresas, pero esto le pega a los costos de las compañías en el proceso de importación. Es decir que este 7,5%, le está pegando hoy en la rentabilidad de operaciones pasadas, y de operaciones que se van a pagar dentro de 180 días”, añadió el ejecutivo.
Sobre el tema específico del glifosato, el más extendido de los herbicidas utilizados, el director ejecutivo de CASAFE graficó el origen de los aumentos: “El glifosato es un producto que desde un año para atrás viene bajando sustancialmente de precio, venía en un proceso descendente de precio importante, te diría con disminuciones del 50% de los precios de los insumos para producirlo localmente. Pero recientemente, en los últimos meses, en China hubo un proceso de restricciones a las compañías, a las empresas, a las plantas que fabrican los insumos para la producción de glifo, que generó un breve desabastecimiento a nivel internacional, lo que generó una demanda con una oferta disminuida, que generó algún incremento de precios a nivel internacional”.
Sumado a eso, el especialista desarrolló: “Esos vaivenes que los tienen todos los tipos de productos, especialmente en el caso del glifosato, se vio que entró el Impuesto PAIS de manera disruptiva, en el momento en el que se estaba generando eso. Por eso pudo haber en el mercado movimientos de precios,. Pero sin duda que el Impuesto PAIS ahí jugó algún rol, porque entró en un momento donde estaban esas dificultades en materia de glifo”.
Mirá la entrevista completa con Federico Landgraf:
-Tranqueras adentro, ¿qué se le puede decir o recomendar al productor ante este escenario y en un momento de alta demanda de fitosanitarios?
-El productor argentino, si hay algo para lo que es bueno, es para adaptarse. Y además ha tenido el aprendizaje en los últimos años. En ese sentido, lo que quiero decir es que difícilmente pueda ayudarle algún consejo, o podamos desde la Cámara dar algún consejo comercial al productor. Lo que sí es asegurarle al productor que nosotros estamos haciendo todo lo posible para que el mercado esté abastecido, normalmente abastecido todo el tiempo posible.
-¿Y eso va a estar garantizado para esta campaña de verano?
-Nuestros esfuerzos están abocados a eso. Estamos a pocos días de las elecciones, procesos políticos que tienen incidencia económica. Esperemos, porque si el mercado más competitivo, si el segmento más competitivo de la Argentina, que para nosotros es el sector agropecuario, imagínate si se ve afectado, cómo podrían estar afectados otros sectores que están bastante más expuestos. Nosotros confiamos en este sector. Creemos que lo vamos a poder. Vamos a poder capear el temporal este. La cámara está trabajando activamente para que eso pase.
– CASAFE también está trabajando en algo que se llama El Campo en tu Vida. Explícame en qué consiste este programa, o este nuevo concepto…
-La Cámara tiene varios programas de mediano y largo plazo. Y una de las pendientes que tenemos, ya no como cámara, hablo como sector, como colectivo agro, es la comunicación con la sociedad. Hoy la sociedad nos impone condiciones, no solamente nos está pidiendo que produzcamos más alimentos, sino especialmente se fija en el cómo. Para ver el cómo, tenemos que mostrar cómo lo hacemos. Y para mostrar cómo lo hacemos, tenemos que comunicarnos con la sociedad. Para comunicarnos con la sociedad, necesitamos transmitir ejemplos de la vida cotidiana del campo en la vida de cada uno de nosotros, citadinos. Ahí es donde venimos con esta iniciativa colectiva, donde lo que queremos mostrar es que en la diaria de cada uno de nosotros, desde que nos levantamos en esas sábanas de algodón, desde que tomamos un desayuno con esa naranja exprimida, hasta la energía que nos moviliza, las fibras que usamos, en todo hay un pedacito de campo.