Juan Manuel Beltrán conduce el frigorífico Bustos y Beltrán S.A, que fue fundado en 1964 y del que su familia forma parte de los años 80. La empresa integra al grupo Forre –Beltrán, pero su manejo administrativo y comercial es totalmente independiente.
La planta cuenta con una capacidad de faena de 700 animales por día, entre la propia y el servicio que ofrecen a terceros, y da trabajo a 350 personas. Desde allí se comercializan medias reses, cuartos, cortes envasados al vacío, menudencias y subproductos bovinos.
En 2019 dieron el gran paso de transformar a la empresa en una exportadora, lo que derivó en fuertes inversiones “en infraestructura y en capacitación de personal para apuntar a los mercados más exigentes”, según detalló Beltrán en una nota que se publicó en el newsletter de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), que reúne a las industrias cárnicas de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
Entre las inversiones realizadas, el empresario destacó la ampliación de la sala de faena, la modernización de la sala de desposte, la incorporación de nuevos túneles y depósitos de congelado, la ampliación de la capacidad de frío de medias reses, un cuarteo nuevo, la ampliación de la zona de menudencias, un matadero de emergencia nuevo, y el armado de un departamento de calidad desde cero, que hoy cuenta con 12 personas.
Actualmente, se está terminando una cámara para el almacenamiento de cuartos previo al desposte, y un nuevo depósito de cartones de cajas de la carne que utiliza el desposte. “Las inversiones y las obras son constantes. Queremos estar a la altura de las circunstancias cada vez que un mercado lo requiera”, señaló Beltrán.
La firma también exporta subproductos bovinos a Hong Kong y países de África, mientras aguarda que las autoridades chinas lo habiliten como proveedor, decisión que esperan desde hace un año. “Es el mercado que nos está faltando”, reconoció el empresario.
De lo que produce la empresa, el 20% va a exportación, aunque esperan llegar al 30% cuando tengan habilitado el mercado chino.
Con relación a la situación de la industria, Beltrán destacó la fuerte suba que tuvieron los costos energéticos y los problemas de competitividad que hay para exportar, aunque se mostró también optimista con relación al futuro del sector.
“Se sinceró el tipo de cambio y eso conllevo un ajuste del costo de la energía, que se tradujo en fuertes subas de las tarifas. El aumento fue drástico, pero entendemos que era necesario”, indicó el empresario oriundo de Córdoba.
A eso se agrega que el costo de la materia prima está alto en dólares. El novillo para exportación cotiza en 5 dólares por kilo res, bien por encima del costo que tienen las industrias en los países competidores de Sudamérica.
En tal sentido, Beltrán sostuvo: “Los costos en dólares son altos y cuesta competir en el mercado mundial. Las empresas que no sean competitivas y eficientes van a tener complicaciones para seguir adelante”.
“La realidad es que la exportación atraviesa momentos muy complejos. Va a ser un gran desafío atravesar este año con los precios que tiene la materia prima”, consideró Beltrán.
De todos modos, se mostró optimista con respecto a la evolución del negocio: “Esto tiene que cambiar para mejor. Si el gobierno define reglas claras, con un enfoque basado en libertad de mercado, y se apunta a la baja de las retenciones, creo que la situación va a mejorar. El gobierno, tiene que acompañar a las industrias para que sean competitivas”.
“Por otra parte, este alto precio del novillo va a incentivar a la cría y engorde y consecuentemente a la mayor oferta de hacienda para el año que viene y el posterior. Soy optimista, estamos mal, pero vamos bien, parafraseando a un ex presidente”, añadió a continuación.
Con relación a las medidas que espera del gobierno, destacó las principales necesidades del sector.
“La primera y más urgente es la quita de los derechos de exportación todavía vigentes”, dijo, que actualmente son de 6,75% para toda la carne que se exporta, que no sea producto de la faena de vacas. En el contexto económico actual, donde el dinero se revalorizó, esa quita sobre el valor bruto del producto es alta, mayor a la renta que tienen muchos negocios, lo que desalienta inversiones.
Otras tienen que ver con cuestiones sanitarias e impositivas que el gobierno dice querer corregir. En principio, es imperioso avanzar en un status sanitario único a nivel nacional. Este proyecto quedó a medio camino en la ley bases del gobierno, y es algo que hay que encarar de una vez por todas.
Por un lado, Beltrán consideró necesario mejorar el encuadre fiscal del comercio minorista: “Hay que generar un monotributo carnicero en función de los volúmenes de venta de una carnicería, pensando sobre todo en esos negocios familiares que tienen resultados económicos bajos, más allá de que manejen volúmenes de facturación altos para el tamaño de su emprendimiento”.
Finalmente, se refirió al IVA: “El servicio de faena tiene el 21% mientras que la alícuota de la industria está en 10,5%. Esto genera distorsiones y saldos a favor de los clientes que son difíciles de recuperar, y que terminan generando un costo extra para los operadores del negocio”.