“Organización y progreso”, reza la bandera de Brasil. Ese país, además, tiene una de las industrias avícolas más poderosas del mundo. Quizás de allí haya tomado el ejemplo también el sector a nivel local, ya que con organización y disciplina interna logró en las últimas décadas gestionar ante los diferentes gobiernos beneficios que significaron crecimiento para el sector.
Detrás de todo este proceso aparece la gran capacidad de lobby -en el buen sentido del término- de Roberto Domenech.
En las últimas semanas, el titular de CEPA (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas) volvió a dar muestras de su poder de convencimiento. Acordó con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y con el de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, una nueva línea de créditos a tasa subsidiada por nada menos que 20.000 millones de pesos, y que se suma a dos tramos anteriores de ese financiamiento por 12.000 millones de pesos.
Con estos créditos, las empresas integradas del sector están financiado la instalación de galpones nuevos, la remodelación de los viejos y también otros proyectos de mayor magnitud, como granjas incubadoras o desarrollo incluso de plantas frigoríficas.
De concretarse toda la ayuda prometida por el gobierno, el proyecto es construir 1.200 galpones para alojar el triple de pollos que en la actualidad. La intención es pasar a 36 millones de pollos de capacidad instalada. Eso daría un crecimiento de 15% en 5 años (a una tasa del 3% anual), por lo que el sector llegaría a una oferta de 2,9 millones de toneladas de producción y empataría así a la carne vacuna.
Domenech, con respecto a las líneas de financiación habilitadas, dijo que cuando se lanzó el primer tramo de 2.000 millones de pesos se presentaron proyectos por casi el doble del dinero ofrecido. Luego vino otro tramo por 10.000 millones de pesos y también se cubrió el cupo casi al 100%. Por ese motivo los funcionarios, explicó, accedieron a este tercer tramo por 20.000 millones de pesos.
Escuchá la entrevista con Roberto Domenech:
“Hay varios proyectos monetizados en Villa Elisa, también en Pergamino para una planta de incubación, en Soychú para refaccionar el frigorífico que se incendió, y otros para granjas de 6 y 12 galpones. Esto está funcionando y es un paso importante para el sector”, indicó el presidente de CEPA.
Con esas inversiones se lograría un importante crecimiento productivo. Esto, explicó el histórico directivo, permitiría consolida un incremento de 2 kilos por habitante al año, con lo que el consumo aparente llegaría a los 48 kilos y así acompañaría el crecimiento poblacional de cada año. Así también se empataría al consumo de carne vacuna, que desde hace dos años se ubica por debajo de los 50 kilos per cápita anuales.
En la Argentina ya se producen 52 kilos de carne de pollo por habitante, y las avícolas van por más
En cuanto a las exportaciones, este año se llegarían a embarcar unas 270 mil toneladas y la facturación correspondiente alcanzaría los 460 millones de dólares. Pero la intención es crecer también en este rubro un 10%, hasta alcanzar las 295/300 mil toneladas en 2023.
“Este crecimiento productivo implicará agregar valor a las materias primas, como el maíz y la soja. Apuntamos a que todo el sector avícola, contemplando también a la producción de huevos, pase a un consumo de 5 a 7,3 millones de toneladas de maíz y a 3 millones de toneladas del complejo soja, lo que también significa más trabajo”, finalizó Domenech.