Las importaciones de carne porcina siguen creciendo y en el año acumulan un aumento muy importante, sobre todo de cortes más demandados en el mercado local como es el caso de la bondiola.
“En noviembre las importaciones han disminuido un 4,7% con respecto a octubre y han subido un 4,2% cuando lo comparamos con noviembre de 2024. En lo que va del año llegamos a las 49.729 toneladas, un volumen 157% mayor que el año pasado y aún falta un mes”, analizó el consultor Juan Uccelli.
Las importaciones de cortes porcinos, sobre todo de bondiolas procedentes de Brasil, limitan la posibilidad de que los productores capturen mejores precios por sus animales, aunque no necesariamente contienen los valores en la góndola.
El precio máximo del capón es de 2.050 pesos por kilo vivo. Este precio es 50% menor a los precios pagados por kilo vivo de novillos, novillitos y vaquillonas, según los promedios informados por el Mercado Agroganadero de Cañuelas en los últimos días.
Históricamente el valor del capón representaba 85% del valor del novillo, pero esa brecha se amplió este año en gran medida por las importaciones de carne de cerdo y la disparada de los precios de los bovinos.
Uccelli dijo que “si el precio del cerdo en pie está a la mitad del valor del novillo, es casi exclusivamente por las 30.000 toneladas que trajimos de más en este año. Como siempre no hay duda que los importadores realizaron un excelente negocio y esperamos que paguen el impuesto a las ganancias correspondiente”.
En efecto, la distancia es menor en los precios de la carne que en los de la hacienda. Según los datos difundidos por el IPCVA, el precio del corte de referencia -el pechito de cerdo- es de 7.600 pesos, el 60% de lo que promedian todos los cortes de la res vacuna que es de 12.700 pesos.
“Trabajar, invertir y apostar por el negocio porcino termina siendo castigado y se premia a los que hicieron un negocio financiero, con un teléfono, algo de dinero y el alquiler de una cámara de frío”, indicó el consultor.
La brecha a la que refiere el analista tiene otra causa que no invalida los efectos negativos de las importaciones de carne porcina.
Esa distancia también es consecuencia de la fuerte suba que tuvo el ganado vacuno, que respondió al faltante de hacienda; a la inelasticidad de la demanda interna, que siempre prefiere a la vacuna por sobre las demás carnes, y a la fuerte demanda exportadora.




