El padre de Fausto Radici vino a la Argentina a mediados de la década de 1990 para invertir en la producción agropecuaria y proveer así de materias primas a su empresa radicada en Italia, abocada a la fabricación de fibras sintéticas.
Pero no compró campos en la zona central del país, sino que se radicó en San Luis, donde el clima es mucho más seco. El objetivo era ambicioso: transformar tierras dedicadas a la ganadería extensiva en tierras agrícolas de elevada productividad. El corazón del proyecto fue la instalación de un importante sistema para regar hasta 7.500 hectáreas.
A los pocos años de haber hecho las primeras inversiones, Fausto falleció y su esposa Elena se hizo cargo de la empresa. Desde hace 5 años Alessandro Radici, el hijo mayor del matrimonio, tomó las riendas del negocio y así se convirtió –a sus 38 años- en el presidente de la firma y responsable del área ganadera.
La empresa creció rápido y actualmente manejan cerca de 40.000 hectáreas, de las cuales más de la mitad las dedican a la cría y recría, a lo que se agrega un engorde a corral de los más grandes del país que aún sigue en expansión.
También hacen agricultura en cerca de 15.000 hectáreas, algunas en secano y otras bajo riego. Con esos granos proveen en gran medida al feedlot, sobre todo durante el verano cuando suele haber menos disponibilidad de cereales.
“Fue más fácil adaptarse a la gente que a la economía. Un italiano acá se siente muy cómodo”, comentó a Bichos de Campo el empresario respecto de su expatriación.
Radici explicó que aunque realizan ciclo ganadero completo, cada estadio del proceso funciona como unidades de negocio separadas.
“Tenemos un plantel de cría con un poco más de 1.200 vacas y otro de recría que suma cerca de 10.000 cabezas y que en su mayoría son de nuestros clientes que luego terminan la hacienda en el feedlot”, detalló.
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El engorde a corral está en Comandante Granville, cerca de la ciudad de Fraga, y posee capacidad para 50.000 cabezas aunque todavía está en expansión. “Estamos renovando la infraestructura y armando más corrales para incrementar la capacidad instalada y llevarla a 65.000 animales”, afirmó Radici.
“Nuestro espíritu es totalmente hotelero. El 95% de la hacienda que engordamos es de terceros y en su mayoría de operadores de la industria frigorífica consumera y exportadora. Hasta 2018 estábamos más volcados al consumo interno y terminábamos animales de entre 350 y 360 kilos. Ahora estamos más volcados a la producción de novillos de entre 450 y 480 kilos, pero sin poner menos cuidado en el engorde de ganado para el mercado local”, agregó.
Respecto del engorde a corral, una actividad que en los últimos años viene con más pérdidas que ganancias, sostuvo: “Es una actividad compleja porque son márgenes finos y es muy difícil tomar decisiones cuando uno no sabe si va a ganar o perder, cuánto va a valer el producto o la reposición de los insumos. Sólo podemos tener una perspectiva del precio futuro del maíz, pero con tanta incertidumbre en el gordo, la invernada o en la suba de otros insumos, no es muy útil tener atado el precio del cereal”.
Radici explicó que más allá del engorde de animales de clientes que operan en el consumo interno, la empresa está volcada a la producción de novillos para la exportación, que según él “llegó para quedarse”. Es por eso que la firma apuesta a ampliar sus posibilidades de encierre de hacienda.
“Decidimos ampliar los corrales para atender la demanda de nuestros clientes. Creemos que a diferencia de otras épocas la exportación llegó para quedarse y además ya no es la de antes cuando el eje del negocio era la exportación del Rump And Loin a la Unión Europea. Ahora contamos con otros mercados desarrollados como la cuota 481, Estados Unidos, Israel, Chile y también China, que está pidiendo cada vez más carne de novillos”, puntualizó.