Un reciente estudio elaborado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), para analizar el humor social frente a situaciones de activismo vegano, vegetariano y ambientalista, demostró que menos del 18% de la población apoya ese tipo de militancia y que 7 de cada 10 encuestados no cambiaría sus hábitos de consumo frente a esas acciones. El sondeo fue realizado mediante un panel online a 1100 casos representativos de la población nacional en todo el territorio.
“Por la dinámica que se genera en redes sociales, el ruido va creciendo y la espuma social de la conversación sube. Se habla del tema aunque no necesariamente tiene un impacto directo en la disminución del consumo. La grieta alimentaria empieza así a tomar forma con una polarización creciente en el modo en que cada uno manifiesta su propia forma de alimentarse”, analizaron el ingeniero agrónomo Adrián Bifaretti y la licenciada Eugenia Brusca, encargados del departamento de promoción del Instituto.
Teniendo en cuenta que solo el 5% de la población nacional apoya estas formas de alimentación alternativa, el estudio reveló que este activismo “no actúa en forma neutra sino que pretende imponer sus creencias y hábitos tratando de convencer y persuadir a la mayoría omnívora apelando al miedo y a la culpa.”
Frente a este escenario desde el Instituto sostienen que la forma en que se militan los cambios de hábitos “juega en contra de sus propios intereses, que es precisamente convencer a la gente que abandone el consumo de carne.” Sin embargo, agregaron que la grieta también les resulta funcional “porque en el medio de ambas posturas existe un 30 % de la población que sería como esos votantes indecisos de las elecciones, que al final terminan siendo decisivos”.
Como conclusión del estudio se exhortó al sector de la industria cárnica a adoptar una postura conciliadora entendiendo la confrontación no hace más que fomentar la pérdida de apoyo y credibilidad en la población.