Los datos de la faena de noviembre dan cuenta de que no hay una crisis de oferta en el mercado ganadero como muchos suponían y a la que se le atribuye toda la responsabilidad de la suba de los precios del ganado vacuno que se viene dando en las últimas semanas y que ha impactado también en los mostradores de las carnicerías.
Según datos del Ministerio de Agricultura, en noviembre los ganaderos enviaron a los frigoríficos 1,243 millones de animales, una cifra que resultó 2,3% superior al mismo mes del año pasado. Se trata además de la faena más alta del año. En octubre, el dato oficial indica que fue de 1,22 millón de cabezas vacunas.
El resultado de la faena no deja de sorprender, ya que en el mercado había consenso entre frigoríficos, matarifes y consignatarios respecto de una menor oferta de ganado, en particular de hacienda liviana de feedlot como novillitos y vaquillonas.
En tal sentido, hay que destacar dos cuestiones. Por un lado los feedlots comenzaron a dejar de reponer y a “vaciarse”, lo que quedó de manifiesto en el informe oficial que indica una reducción del 17% en el ingreso de hacienda a los corrales en octubre. Esto preanuncia menos oferta a futuro, pero por estos meses siguen teniendo ganado que es lo que están todavía ofreciendo.
Además hay quienes consideran que los frigoríficos y matarifes, grandes abastecedores de los corrales desde hace años, se ven beneficiados por la suba de los valores y por lo tanto no hacen nada para impedirla. La mejora en las cotizaciones les compensa en parte el alto costo que tuvieron este año por el alimento y por la invernada y los ayuda a, por lo menos, reducir las pérdidas.
Por otro lado hay un demanda exportadora creciente en el cierre del año. Según el último informe del IPCVA, en octubre “la exportación representó el 29,4% de la producción de carne bovina obtenida”.
Analistas del sector estimaron que la producción de noviembre se ubicó en torno a las 285 mil toneladas res con hueso y que se repetiría la participación de la exportación sobre el total de la oferta, por lo que e consumo promedio rondaría los 51 kilos.
La exportación está tratando de compensar con más volumen los bajos precios que paga China y entonces se lleva toda la vaca que puede, pagando por encima de capacidad teórica de pago y además compitiendo por algunas categorías que iban habitualmente para el consumo interno.
En este punto lo que se pone de manifiesto es la combinación de un consumo que no parece dispuesto a retroceder mucho más de los niveles de oferta que tiene este año. Este nivel, si bien es alto respecto de otros países, implica una pérdida significativa con relación a los 57/58 kilos habitante/año de los últimos 5 años. Es decir, la baja sería de 12/14%.
Eso estaría explicando porque la demanda interna, al menos la que tiene mejor capacidad de pago, pudo soportar a octubre aumentos en la góndola de 57% interanual, según la medición del IPCVA lo que supera por lo menos por 10 puntos porcentuales a la inflación.
En cuanto a la faena de 2020 se acumularon en 11 meses, 13 millones de cabezas lo que significa un incremento interanual de 3,5%.
De repetirse un volumen similar en diciembre, lo que sería totalmente esperable teniendo en cuenta el proceso de supuesto vaciamiento de los feedlots, se llegaría a 14,2/14,3 millones de animales.
Ese volumen alto de faena sostiene la hipótesis de que se está achicando nuevamente el stock, lo que se reflejará cuando el Senasa haga el recuento correspondiente. A los nacimientos de terneros, que serían de cerca de 14 a 14,5 millones, hay que descontar la mortandad estimada en 350/400 mil cabezas.