Con la publicación en el Boletín Oficial de la Resolución 56/2025 del Senado de la Nación, este lunes se oficializó el rechazo del Congreso a la intervención del INTA y otros organismos descentralizados y autárquicos de la Secretaría de Agricultura, que había sido promovida por el decreto 462/2025 del presidente Javier Milei e impulsado por el ministro Federico Sturzenegger. También rige un recurso de amparo que ordenaba no tocar nada dentro del INTA al menos por un plazo de 6 meses. De todos modos, nadie tiene claro cómo reaccionará el Poder Ejecutivo, que el mismo jueves -con ambos pronunciamientos vigentes- decidió pasar a disponibilidad a casi 400 trabajadores de ese organismo.
¿Qué puede suceder ahora? Esa es la pregunta del millón, pero para Carlos Paz, ex presidente del INTA y del Senasa durante la gestión kirchnerista, lo que debería pasar es que se recomponga de inmediato el sistema de gobernanza previo y que se ponga en funcionamiento de inmediato el Consejo Directivo de la institución, ya que la intervención oficial -que le otorgó todo el poder a Nicolás Bronzovich- ha sido rechazada por los otros poderes del Estado.
Para Paz, uno de los referentes agropecuarios del peronismo que más se movió para evitar la degradación del INTA, tampoco hay margen para que el Estado avance en los despidos adelantados por Bichos de Campo.
“En realidad yo soy jubilado del INTA, donde entré en el año 1978 y me retiré en el 2018. Me tocó ser presidente del INTA en el período 2008/2009. Así que además de los cargos de línea como se llama, jefe de agencia, director de experimental, director regional, tuve la fortuna de poder dirigir por un tiempo la institución”, se presentó Paz en un dialogo con el programa Nuestra Tierra, por Radio Perfil.
-¿El INTA es como un elefante? ¿Es difícil mover la institución hacia un lado, hacia el otro? Todo requiere de consensos importantes.
-Sí. El INTA se caracteriza como muchas organizaciones científico técnicas, y a diferencia del Senasa que es un organismo de fiscalización, por una gran horizontalidad al momento de discutir rumbos, definir programas y abrir carteras de proyectos. Por otro lado, el INTA tiene una gobernanza a nivel nacional, con un consejo directivo donde estaban los productores, incluidos los grupos CREA, más las universidades y tres representantes por el Estado. Pero desde el año 1985 el INTA además se descentralizó en términos de su gobernanza y eso hizo que se constituyeran los Consejos Regionales.
-¿O sea no solo hay un consejo a nivel nacional sino que en cada región se repite un poco esta lógica y hay que consensuar entre sector privado y sector público?
-Tal cual, y tanto el consejo directivo como esos consejos regionales son decisorios. No se movía nada en el INTA en cuestiones de ingreso de personal, aprobación de cartera de proyectos o convenios, si no era tratado por el consejo regional y, dependiendo del nivel de complejidad, por el consejo directivo nacional.
-Esto que para muchos es una virtud, para alguien que quiere achicar fuertemente el gasto público, meter motosierra para mantener el el superado fiscal, debe ser un problema, un incordio…
-Evidentemente es así. Esto no empezó a fines del 2024, que es donde empezó el apriete final con la venta del edificio de la calle Cerviño, que fue el instituto de Suelo y Agrotécnica histórico, incluso preexistente al INTA. Ese edificio se vende y ahí es donde donde toma estado público la situación grave por la que estaba pasando la institución. Pero en realidad, desde hacía un año que la Dirección Nacional, que ahora fue eliminada, que era la que se encargaba de las cuestiones operativas básicas, venía planteando una discusión seria hacia adentro con la línea (los directores regionales y los directores de Experimentales o de centros de investigación), que permita definir un plan de mayor eficiencia y modernización del INTA. Porque en realidad ninguno de nosotros es tan necio como para decir que una organización con 70 años no tiene posibilidades de seguir mejorando o de modernizarse.
-¿Entonces usted reconoce que puede ser que la burocracia del INTA se haya aburguesado un poquito?
-No solo eso, sino que las realidades cambian además. Te doy un punto: ¿Alguien puede decir que la extensión en la zona pampeana es la misma extensión que se hacía en la década del 70 cuando el INTA estaba recién creado? No, hace falta revisar procesos y demás. La irrupción del área agrícola en el área pampeana generó un cambio a principios de este siglo. La introducción de la agricultura hizo cambiar experimentales completas, como el caso de Manfredi, que lideró todo el tema relacionado con la agricultura de precisión. Por otro lado hay funciones básicas del INTA que mucha gente no conoce, como por ejemplo el resguardo del patrimonio genético. Eso también está en riesgo.
-¿Por qué en riesgo?
-Porque la otra realidad es que el INTA hoy está parado, más allá de la cuestión coyuntural y de esta provocación de pasar a disponibilidad un grupo de trabajadores, entre los que hay personal de apoyo técnico y profesionales.
-¿Finalmente entonces esta ofensiva de Federico Sturzenegger pretendía ahorrar costos pero terminó logrando una parálisis, un INTA improductivo?
-Hay un dato que es revelador En estas semanas, el INTA no está procesando las renuncias de la gente que se quiere ir. Es decir, hay gente que por los salarios, por la situación de incertidumbre, porque su proyecto se paró o lo que sea, va a buscar mejores horizontes. Bueno, esas renuncias no se están procesando. Y es que los circuitos de procedimientos se eliminaron, Al eliminar de esa manera la Dirección Nacional, lo que hicieron es eliminar los procedimientos administrativos. Entonces no fluye la documentación, el presupuesto tampoco.
-Me dijeron que en algunas estaciones experimentales está empezando a faltar hasta el papel higiénico en los baños…
-Absolutamente, lo único que se está pudiendo pagar son los servicios y eso gracias a la buena voluntad de los prestadores en las distintas regiones.
-Llegamos a este momento donde evidentemente chocaron dos concepciones de construir política pública. El gobierno quiso someter toda esta estructura del INTA que funcionó hasta aquí, para concentrar en un funcionario todo el poder dependiente del Ministerio de Economía. Pero el INTA resistió y hay dos poderes del Estado que le dieron la razón, sobre todo el Congreso. ¿Pero cómo sigue la película?
-Yo creo que hay una abierta provocación con la resolución pasando a disponibilidad muchos empleados del INTA horas después de que el Senado derogara el decreto. Entre el listado de gente (despedida) está el secretario general del gremio del INTA, de APINTA. Y hay una dirigente también de ATE. Son los dos gremios que están dentro del INTA. Mario Romero, que es secretario general de APINTA desde ya hace unos cuantos años, además incluso es veterano de Malvinas. O sea, no podría ser tocado.
-¿Cómo se llegan a esos extremos?
-En realidad hay un nivel de torpeza en las medidas que se toman, porque no hay análisis.
-¿Torpeza o prepotencia?
-Las dos cosas. Porque a mí me parece que hay un alto grado de incompetencia también. Obviamente uno no le va a pedir al ministro de Economía que sepa que es exactamente el INTA, pero claramente la presidencia del INTA no tiene la competencia necesaria para poder manejar la institución. Eso es lo que yo creo que pasa.
-¿Entonces esos despidos deberían ser revisados?
-Hay otro dato que grafica muy bien la situación. Muchos de esos señalados en el pase a disponibilidad tienen que ver con cuestiones ideológicas. Se deja fuera del INTA al director nacional por concurso hasta el 8 de julio, cuando salió el decreto modificador ahora derogado. Es un es una persona de carrera del INTA. Es un investigador con doctorado, prestigioso, que tenía su centro de trabajo en un laboratorio del INTA Castelar. Con innumerables contribuciones, Ariel Pereda fue coordinador nacional de salud animal del INTA. Y después accedió a la Dirección Nacional por concurso. Y a esa persona se la deja afuera con la excusa de que al haberse eliminado la Dirección Nacional, su puesto en el INTA ya no tiene sentido. ¿Cómo no tiene sentido? Puede perfectamente volver al laboratorio y seguir aportando desde ahí.
-¿Usted conoce a muchos de los posiblemente despedidos?
-Hay un montón de gente que conozco ahí. De esas 280 personas, hay 50 o 60 personas que yo conozco personalmente. Ninguno tiene una justificación para quedar afuera del INTA. Si su área hubiera sido reorganizada o eliminada, pueden tranquilamente reinsertarse en cualquier otro lugar del INTA. Esa lista está llena de gente con trayectoria, con trabajos publicados, con tareas de extensión, expertos en comunicación.
-¿Y cómo salimos de esta situación?
-Obviamente para este caso particular de la gente que fue puesta en disponibilidad será la vía judicial. Ahora, eso no resuelve la crisis política que hay. Ni el parate de la institución. Entonces, yo creo que hay una oportunidad para que las entidades de la Mesa de Enlace, por ejemplo, hagan oír su voz y digan la situación política es esta. Lo que manda la justicia es a no innovar. Lo que manda el Congreso es volver a la situación anterior. Entonces sentémonos a conversar y a ver cómo ponemos en funcionamiento la institución y cómo hacemos un plan de mejora en serio. Obviamente eso es lo primero. Lo que pasa es que también hay que poner gente que tenga la capacidad de definir.