El multifacético actor Luis Rubio se ha ganado el corazón de los argentinos como humorista, especialmente por la creación del popular personaje, el rústico futbolista Eber Ludueña. Pero además es guionista, conductor de televisión y, en los últimos años, también ha incursionado en el cine.
Sin embargo, pocos saben que, junto a su esposa y un grupo de amigos, se lanzó a un emprendimiento agrario con cultivos de vid y olivos en la provincia de Catamarca.
Bichos de Campo lo contactó para que nos cuente sobre esta nueva faceta de su vida, y nos dijo: “Somos de Rosario, y aunque vivimos hace más de 30 años en Buenos Aires, tenemos una quinta en Roldán, Santa Fe, a la que vamos con frecuencia. Fue allí donde conocimos a la ingeniera agrónoma Mónica Sacido, vecina de la localidad de Funes, quien nos contó que había comprado un campito en Catamarca para producir alfalfa”.
“En 2019 -continúa Luis-, Mónica nos contó que se vendía una pequeña finca en la localidad de Tinogasta, dedicada al cultivo de olivos y vides. La idea de incursionar en algo productivo, vinculado a la tierra, nos entusiasmó. Pero, como no queríamos afrontar solos una actividad que desconocíamos, se nos ocurrió sumar a un matrimonio, Claudio y Gabriela, viejos amigos de la época en que vivíamos en Villa Pueyrredón. Ellos también se entusiasmaron, y así comenzó todo. Además, con Claudio habíamos trabajado juntos durante varios años, en épocas de muchas giras y eventos con Eber Ludueña”.
“La temática siempre nos rodeó -reflexiona Luis-. A mi esposa le apasionan las plantas, la tierra, los entornos naturales. En cada casa a la que nos mudamos, arma una huerta (risas). Siempre fantaseábamos con hacer algo vinculado al campo, sin dejar nuestras actividades. Incluso bromeábamos con convertirnos en ‘Mónica y César’ (más risas)”.
“Además, nuestro hijo, que es agrónomo, justo cuando este proyecto empezaba a tomar forma, estaba cursando una beca en viticultura en Ourense, España. Todo parecía una señal”, compartió.
Y el proyecto se concretó: “Nos decidimos y compramos, en plena pandemia, una finca de 6 hectáreas y unos 70 años de antigüedad, ubicada en Villa San Roque, departamento de Tinogasta. Es un lugar impresionante, junto a un canal de riego y rodeado de cerros. La finca perteneció a la familia Saldaño”, indicó Rubio.
Mónica, la agrónoma amiga, asesora al grupo y coordina las tareas productivas. En la finca cultivan tres variedades de oliva (Arauco, Arbequina y Manzanilla), así como distintas variedades de vid: torrontés, bonarda, syrah y malbec. También hay árboles frutales como membrillos, damascos e higueras, según explica el actor.
Luis agrega: “El predio conserva la casa original de la familia fundadora, hecha en adobe. Junto con la arquitecta Felicitas Esteban decidimos recuperarla, respetando su arquitectura, los materiales y las técnicas constructivas, típicas de la región. Pero vamos despacio… estamos en obra”, comenta con una sonrisa.
El creador de Eber Ludueña detalla que suele viajar dos o tres veces al año, con su esposa, y con alguno de sus hijos, cuando estos se pueden sumar, y se turnan con sus socios para estar en la finca la mayor cantidad de tiempo posible. Por ahora, se hospedan en alojamientos del centro de Tinogasta.
Luis no puede soslayar su encantamiento con nuestro “País Interior”, como lo llama: “Viajar a Catamarca es algo especial. Una mezcla de disfrute y trabajo que nos divierte. Vamos en auto, con música, radio, mate, disfrutando del paisaje: los cardones en la Quebrada de las Cébilas, los colores de los cerros, las salinas, las dunas, los rebaños de cabras… y, por supuesto, las paradas estratégicas para comer en esos lugares donde descubrimos comida casera y rendidora. Así, hacemos los 1.300 kilómetros hasta Tinogasta”, cuenta con picardía.
“Estar allá nos cambia el ritmo por completo. Es un mix entre tareas en la finca, visitas a amigos que hemos hecho en la zona, algo de turismo, y muchas charlas con productores y profesionales de bodegas u olivares, de los que vamos aprendiendo todo el tiempo”, agrega el humorista y conductor televisivo.
Le preguntamos a Luis por la parte productiva: “La zona, por sus características, no requiere el uso de agroquímicos. Al principio vendíamos la fruta a granel a productores locales, pero después empezamos a envasar aceitunas, luego sumamos aceite de oliva, y este último año estamos probando con vinos hechos con nuestras propias uvas. Esa diversificación fue clave, porque el último año el viento zonda afectó la polinización de los olivos y casi no tuvimos cosecha de aceitunas”.
A los productos los comercializan bajo la marca Finca Rubble, un nombre que surge de la sociedad Rubio-Blebel.
“Trabajamos con aceitunas Arauco, una variedad reconocida por su gran tamaño y por ser carnosas. ¡Son espectaculares! Ya tenemos un par de amigos del medio artístico fanáticos del producto”, expresa Luis con satisfacción.
Y continúa: “Con las variedades Arbequina y Manzanilla elaboramos aceite de oliva, en botellas de medio litro y de un litro. Por ahora abastecemos a algunos comercios amigos en Rosario, San Pedro y Buenos Aires, porque nuestra producción todavía es pequeña, pero la idea es ir creciendo”.
Y no se detienen: “Esta última temporada nos lanzamos a hacer nuestros primeros vinos, asociados a un par de enólogos de bodegas artesanales de la zona. Vamos a sacar un blend de tintas y un torrontés. Queremos probarlos, claramente (risas), y después lanzarlos a la venta. Estamos pensando nombres…”, aseguró el rosarino.
Antes de terminar, le preguntamos a Luis por su presente profesional: “Estoy produciendo y conduciendo el ciclo Pares de Comedia, una serie de charlas con colegas humoristas que se emite los domingos a la medianoche por Net TV”.
Y como buen multifacético, suma: “Incursioné en el streaming con el programa La Gambeta, junto a Yayo, Pichu y Martín Vázquez. Sale los martes y jueves de 13 a 14:30 por el canal Takawishi. Además, hace poco protagonicé la película ‘Lo que quisimos ser’, junto a Eleonora Wexler, dirigida por Alejandro Agresti”.
El actor reflexiona, finalmente: “En esta etapa de mi vida trato de regular el trabajo, y me siento un privilegiado de poder elegir proyectos que me motivan. Eso ya es un montón”.
Y concluye, ya en un tono más íntimo: ““Con mi mujer estamos felices de haber emprendido algo que nos entretiene, nos gratifica y nos permite seguir aprendiendo. Tenemos tres hijos: Manuel, de 32, que vive en Francia; Juliana, de 30, arquitecta dedicada a la tecnología; y Valentina, de 28, cantante de jazz. Nos acompañan y disfrutan del proyecto. Lo que más nos gusta es viajar juntos, aunque no siempre es fácil combinar agendas, pero cada tanto lo logramos”.
Para cerrar, Luis Rubio eligió compartirnos la zamba “Coplas del Valle”, del riojano Ramón Navarro, interpretada por Raly Barrionuevo y la pianista cordobesa Clara Presta, en una versión grabada en Luján.