Aunque se espera un verano especialmente cálido en todo el país, pero con precipitaciones que se mantendrían en rangos normales para gran parte del territorio, docentes de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), integrantes de la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas y del Centro de Información Agroclimática y Ambiental, analizaron el escenario que se presentaría en el próximo trimestre, donde persisten dudas respecto a un nuevo fenómeno Niña.
Un factor clave a analizar tiene que ver con las temperaturas superficiales de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial, que en un contexto de calentamiento global mostraron valores elevados. Sobre esto, la especialista María Elena Fernández Long indicó a la agencia Sobre La Tierra: “Si bien las temperaturas de la superficie en la zona central del este océano presentan valores menores a la media, ya hacia la costa sudamericana muestran valores superiores. Sin embargo, los demás océanos están más cálidos”.
Con respecto a la situación ENOS —El Niño-Oscilación del Sur—, la docente puntualizó que según los pronósticos del International Research Institute for Climate and Society, existe un 50% de probabilidad de ocurrencia de La Niña para diciembre, enero y febrero. En tanto, el Climate Prediction Center indica un 72% de probabilidad de La Niña para ese trimestre.
Frente a esto, Leonardo Serio puntualizó en el pronóstico trimestral que se elabora en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), de la mano de distintos organismos oficiales, entre los que participa la mencionada cátedra. “Se espera un verano especialmente cálido en todo el país, mientras que las precipitaciones serían normales en la Región Pampeana, superiores en el NOA y en Cuyo, e inferiores en la Patagonia”, señaló.
Respecto a las temperaturas, el docente indicó que, habiendo finalizado una primavera particularmente cálida, “el 2024 se perfila como el segundo año más cálido de toda la serie desde 1961, con temperaturas 0,6 °C por encima de los valores normales —tomando de enero a noviembre—, un valor solo superado por el 2023”.
En esto son claves las últimas lluvias registradas durante noviembre en varias regiones del país, donde los perfiles del suelo mejoraron en zonas como la Región Pampeana, la Región Chaqueña, el NOA, el centro y el sur de la Mesopotamia, lo que benefició la siembra de cultivos de verano.
En el centro-sudeste de la provincia de Buenos Aires, en particular, las precipitaciones batieron en algunos casos récords diarios.
“En Olavarría, por ejemplo, el 3 de noviembre se registraron 88 mm. Es decir que en un día casi se alcanzó el valor promedio mensual, que es 84 mm. En todo el mes se acumularon 293 mm. Este valor supera por mucho el percentil 95 de los valores de la mediana para ese noviembre”, señaló la docente Adela Veliz.
“Algo similar ocurrió en Metán, provincia de Salta, donde el 26 de noviembre se registraron 121 mm, también casi el valor medio mensual, que es de 122,8 mm. Así, en todo noviembre se acumularon 242 mm. Estas precipitaciones, que fueron acompañadas por viento y granizo, causaron daños importantes en los cultivos de tabaco de la zona”, detalló a continuación.
Finalmente, respecto al estado hídrico, el especialista Gastón Sosa dijo: “En el área agrícola de secano de la Región Pampeana ocurrió una mejora en el perfil para los trigos más tardíos, que atraviesan la fase en la que se define el rendimiento. Así también, el contenido de agua útil en la capa arable es muy favorable para avanzar con la siembra y la implantación de los cultivos de cosecha gruesa, como el maíz tardío y la soja”.
Luego resaltó las variaciones de humedad en los suelos, destacando en particular las mejores registradas respecto de un mes atrás, donde los valores eran inferiores a la media.
“Hoy podemos observar valores superiores a la media en el centro de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, la Mesopotamia y el norte del país”, sostuvo.
En cuanto a la evolución del almacenaje de agua en el suelo, tomando el perfil hasta un metro de profundidad, puntualizó: “A modo de ejemplo, comparamos dos localidades contrastantes. En Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, la disponibilidad de agua es muy buena. Mientras tanto, Rosario, provincia de Santa Fe, presenta una disminución de la humedad edáfica desde mediados del mes de octubre”.