Durante los últimos años de la presidencia de Alberto Fernández, se reclamó a las autoridades que generen mejores condiciones para la exportación de productos lácteos, con la intención de capturar mejores precios debido a las restricciones que había para la venta en el mercado interno.
Sobre el cierre de ese período, durante el período electoral, el ministro de Economía de entonces, Sergio Massa permitió que se liquidaran parte de las ventas al dólar oficial y parte en el contado con liquidación, y sin pagar derechos de exportación.
Ese fue el puntapié inicial de un período de recuperación de las exportaciones que siguen creciendo.
En enero, si bien cayeron respecto de diciembre: “Las exportaciones de productos lácteos subieron 10,7% en volumen 1,1% en millones de dólares”, dijo un reciente informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
El crecimiento exportador significa un crecimiento del 15,6% en su equivalente de litros de leche fluida, lo que indica una mayor participación en el total de lo producido.
“Cabe recordar al respecto que el destino de exportación se llevaba hasta noviembre el 20% de la producción total, y ya en enero la participación de las exportaciones estuvo entorno al 29,5% de la producción total”.
A las medidas tomadas respecto de las condiciones para liquidar exportaciones, la suspensión del pago de las retenciones, la devaluación que mejoró el ingreso por las ventas al extranjero y, “la recuperación de los precios internacionales, que por suerte se viene dando lentamente en los últimos meses, vienen a completar un panorama muy favorable para las exportaciones y generan expectativas en función al mejor poder de compra de la leche para la exportación que se complementa con el 70% de la producción, que se debe colocar en el mercado interno con un poder adquisitivo totalmente deteriorado por el proceso inflacionario”, dijeron desde el organismo.
La mayor participación histórica de las exportaciones en el negocio fue de 35%. Todavía falta para lograr alcanzar ese récord, pero si las condiciones comerciales se sostienen, y el consumo no reacciona, podría llegar en poco tiempo más.
Desde el OCLA alertaron que el ciclo virtuoso que rige para las ventas al extranjero podría cortarse si la devaluación sigue siendo inferior a la inflación.
“Debemos estar muy atentos a la evolución del tipo de cambio que luego de la fuerte devaluación en diciembre 2023, se viene ajustando a un ritmo muchísimo más lento que la inflación, y posiblemente de continuar esta situación, volvamos a valores de octubre de 2023 para marzo 2024 en moneda constante si no se acelera el ritmo devaluatorio”.
De acuerdo a los datos del OCLA, el precio medio de exportación por tonelada fue de US$ 3.631 para enero de 2024, lo que implicó una caída del 8,7% respecto al año 2023. En el caso particular del rubro Leches en Polvo, el precio promedio fue de US$ 3.347/ton., un 10,2% por debajo del año anterior. Por otra parte, el precio promedio de exportación logrado en enero de 2024 medido en pesos, fue 352% superior al precio promedio logrado en enero de 2023, como referencia en igual período el IPC Lácteos creció 279%, el IPIM Lácteos el 226, el dólar mayorista el 349% y el precio SIGLeA el 249%.
El destino de las exportaciones (en función al monto en dólares) se conformó así:
Y la mejora donde está?
Si exportan más del 10% en toneladas de productos y equivalentes al 15,,6% en litros, y en dólares se exportó 1,1% más, ¿dónde está el beneficio?. Evidentemente las mejoras fueron en cantidad y no en precio, por lo tanto la rentabilidad fue menor, alrededor del 10%. La cuestión es quien perdió esa diferencia en la cadena. ¿Se puede considerar que , cómo siempre, es el productor (el tambero), el que permanentemente está al límite de la quiebra?
¡ Con el agravante de la mejora sostenida del precio internacional! ¿Habrá triangulación en el exterior?, ¿Se estará haciendo vía Brasil, Chile y/o Argelia? ¡Será interesante saberlo!