Los precios de los distintos cortes de carne vacuna registraron una suba de 29% en el segundo mes del año 2023 con respecto al mes de enero, según el el Observatorio de Precios del CEPA (Centro de Economía Política Argentina), que confirmó con un porcentaje concreto la fortísima corrección de los precios de ese alimento luego de varios meses de estancamiento.
En rigor, en términos interanuales, contra febrero de 2022, los cortes vacunos incrementaron su precio 76,8%. Es decir que a pesar de la fortísima suba que registraron el mes pasado, todavía continúan “situándose por debajo del aumento general de precios de la economía”, que fue de 101,3% entre los mismos meses.
Dice el informe de CEPA que en febrero 2023 “puede observarse un impacto bastante uniforme de los aumentos con relación a los distintos cortes”. Los “cortes intermedios” son los que más incrementaron sus precios, un 30,5%. Por su parte, Los cortes “caros” y “económicos” mostraron una suba de 29,2% y 27,7% respectivamente. Pero todo subió más o menos en el mismo rango.
Las principales subas en los precios durante el mes de febrero se dieron en: bife ancho (34,2%) cuadrada (32,9%) y paleta (32,1%).
“Adicionalmente, es importante destacar la variación en la suba de precios, de acuerdo al canal de comercialización: Como se observa en el siguiente gráfico, a la inversa que, en el mes de enero, el precio promedio de la carne vacuna en carnicerías mostro un alza de 33,5% versus enero 2023, superando por más de 15 puntos los aumentos de carne vacuna en supermercados”, que fue del 18%.
¿Por qué se produjo semejante aumento en febrero? El informe de CEPA reconoce que en los últimos meses el precio tanto en hacienda como en góndola se mantuvo por debajo de la inflación mensual: en el periodo junio 2022 a diciembre 2022, la carne en mostrador aumentó 8% según los datos del IPCVA (los precios en Cañuelas aún menos), mientras que la inflación del período ascendió a 50%.
“Este diferencial en la evolución de dichos indicadores fue el resultado del impacto de la sequía, que afectó severamente la producción de forraje y pasturas necesarias para alimentar el ganado generando un anticipo en las ventas de hacienda por parte de los productores y una mayor oferta disponible en el mercado, manteniendo el precio estable”, se añadió.