El consumo de carne vacuna registró una caída promedio anual del 2,7% entre marzo de este año y el mismo mes de 2021, según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra).
“En términos interanuales se observó una disminución (del consumo de carne vacuna) de 2,7%, que llega a 12% cuando se contrasta con los doce meses finalizados en marzo de 2019”, indicó el último informe de la Ciccra. Dicho en otras palabras, desde que volvió al peronismo al poder con Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la fórmula, el consumo de carne cayó otro 12%.
Hoy cada argentino come menos de 50 kilos anuales. “El promedio móvil de doce meses señaló un consumo aparente de carne vacuna por habitante de 47,7 kilogramos anuales”, ubicó el informe de CICCRA.
No sería para burlarse de no ser que el actual gobierno prometió en su campaña electoral que los argentinos podrían volver a comer asado (cosa que ya se había hecho cuesta arriba con el macrismo), y que para ello desde mayo de 2021 aplica fuertes restricciones a las exportaciones del alimento, que incluyen la prohibición de sacar del país el asado y otros seis cortes de consumo popular.
Pese a ello, el consumo de carne vacuna viene mostrando una constante caída. Hace diez años era diez kilos más importante que ahora (un 20%). Por fortuna para los argentinos, esa caída viene siendo reemplazada paulatinamente por ingestas mayores de carne de pollo y de cerdo.
¿Y ahora de qué nos disfrazamos? El consumo de carne vacuna de marzo pasado mostró una caída igualmente acelerada respecto de igual mes de 2021, que fue el último sin ningún tipo de intervención oficial sobre las exportaciones. En abril de ese año, en rigor, el gobierno de Alberto y Cristina impuso la reimplantación de los permisos de exportación (antes ROE, ahora DJEC) que les permiten decidir quién, qué y cuánto se exporta a discreción.
Desde el vamos, las entidades del sector criticaron la medida con el argumento de que restringir el comercio iba a ser más contraproducente, pues era una mala señal a los productores justo cuando se necesitaba era incrementar la oferta de ganado y de carne.
El nuevo informe de CICCRA confirma que la producción sigue de capa caída. “La faena vacuna tuvo una baja del 1,8% en el primer trimestre del año en comparación con el mismo período del año pasado. El nivel de actividad sectorial se ubicó 1,8% por debajo del registrado en enero-marzo de 2021, llegando a 2,6% la caída interanual cuando se corrige por el número de días laborables”, informó la entidad.