Este año será para el olvido en materia ganadera. El consumo se quedó sin nafta en el tanque y los precios de la carne subieron mucho menos que la inflación. De ahí para atrás fue todo pérdida de valor en la cadena .
En términos reales cayó el precio de la media res, el del ganado que fue a la faena, el de los terneros de cría y el de los vientres. Y encima pegó fuerte la sequía, que incrementó los costos y perjudicará el rendimiento del rodeo vacuno en 2023/24.
La Sociedad Rural Argentina (SRA) difundió un comunicado alertando de esta situación y de sus efectos.
“La hacienda en pie retrotrajo sus precios nominales que descendieron con respecto a la inflación. La actividad también se vio afectada por un enfriamiento de la economía de los principales países compradores, por el deterioro de las condiciones internas y las intervenciones que distorsionaron el mercado, y la sequía histórica que llevó al productor a desprenderse de parte de sus animales aumentando un 5% la oferta de carnes bovinas”.
Por eso desde la entidad dijeron que para la ganadería “el año termina al rojo vivo”. Y reclamaron medidas que permitan la reactivación comercial en el sector.
“Es necesario cuanto antes volver a tener un tipo de cambio unificado, eliminar en forma urgente el DNU 911/2022 que prohíbe la exportación de 7 cortes, los cupos que hoy se mantienen para la asignación de permisos de exportación y reafirmamos que es improcedente mantener gravado al sector con derechos de exportación”, enumeró la SRA.
Pero también los ruralistas pidieron ayuda a nivel impositivo: “Los productores afectados por la sequía necesitan contar con la prórroga o postergación de los impuestos provinciales y nacionales, poder acceder a créditos y la posibilidad de hacer uso del beneficio de la venta forzada que aliviaría su carga fiscal”.
Desde la SRA agregaron que por las políticas y la seca se verá afectado el destete de terneros por lo que no se podría contar “con una mayor oferta de carnes en los siguientes dos años” y que cuánto antes se “corrijan las distorsiones de precios que hoy deprimen los valores de la hacienda, menor será el salto de precios relativos que ineludiblemente se terminará produciendo de persistir con la actual situación”.
En sintonía muy parecida, desde CRA alertaron sobre la crisis del sector ganadero y se anticiparon a los políticos sobre una suba de los precios de la carne, que muchos prevén para febrero o marzo de este año, pero que en realidad sería una recomposición del terreno perdido.
“En un contexto económico complejo, el precio de la carne no ha aumentado respecto a la inflación y la hacienda en pie retrotrajo sus precios nominales, que descendieron con respecto a la inflación. El precio de la carne ha quedado por debajo de la inflación anual y el precio que recibe el productor está visiblemente atrasado”, indicó esta otra entidad de la Mesa de Enlace.
Los dirigentes de CRA dijeron que mientras la inflación este año fue de 100% la carne vacuna aumentó 42% entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022.
“El consumo de carne sigue cayendo. El problema es la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda”, apuntaron. Por eso consideraron oportuno destacar que “el productor no es formador de precio” y que el sector requiere de estímulos para poder producir más.
En este contexto de seca y precios bajos, también CRA advirtió que es probable que la desinversión se traduzca en menor oferta el año que viene. “El panorama para el 2023 es muy complicado para la producción ganadera y podría haber escasez en la oferta y provocar el lógico reordenamiento de precio, cuando este se retrasa y la oferta disminuye”.