El Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA) publica, en base a diversas fuentes internacionales, los últimos datos sobre importaciones de productos lácteos de China, una locomotora que en los últimos tiempos arrastró a toda la industria lechera mundial aunque -por su propia crisis productiva- la Argentina no lograra subirse. Apenas puso un pie en el estribo con los sueros, aunque en muy pequeña escala. En el conjunto de rubros aportó solo un 0,7% del total de los lácteos que ingresaron a China en volumen, o solo 0,3% en valor.
China compró del extranjero en 2017 unos 2,57 millones de toneladas de productos por la friolera de 9.000 millones de dólares. El salto respecto del año anterior es de casi 13% en volumen y 37% en valor. Nada menos. La Argentina le exportó productos dentro de ese total por solo 27 millones.
“Las importaciones chinas en 2016 y 2017 se beneficiaron de dos años de disminución de la producción de leche. La población y el crecimiento de los ingresos, la urbanización y otros factores seguirán impulsando la demanda china”, evalúa el informe. De todos modos, también prevé que habrá un repunte en la producción china de leche de en torno a 3% para 2018, que “pondrá a prueba” si se mantendrá esa tasa crecimiento anual de 13 o 14%. En los últimos cinco años, en promedio, el crecimiento de las compras ha sido del 9,3% anual.
En la comparación contra 2016, los productos lácteos de mayor valor agregado presentan tasas de crecimiento anual muy significativas, como las leches infantiles (+34,3%), los yogures (+62,7%) y los quesos (+11,2%). Por otra parte, la disminución que se observaba hasta hace poco tiempo, en la importación de leche en polvo entera, se recompuso (+12,0%). Se trata, en este último caso, del principal producto de exportación de la Argentina, junto con los quesos.
Pero la realidad es que no se ha podido hacer pie todavía en China. En 2017, según el OCLA, Argentina exportó a ese país solo el 8% del volumen total de lácteos que vendió (unas 18.000 toneladas), por un valor de aproximadamente 27 millones de dólares, que equivale a solo el 4% de lo exportado. Los principales productos fueron suero, quesos de pasta blanda, leche en polvo descremada, manteca y otros productos.
Es bueno saberlo: los principales exportadores hacia China son Nueva Zelanda, Australia, la Unión Europea y los Estados Unidos.
Los productos de mayor valor agregado como leches infantiles y yogures provienen principalmente de países miembros de la Unión Europea. Holanda, por ejemplo, es líder en la exportación de leche para bebés con una cuota de mercado del 29% y un crecimiento de las exportaciones del 11% en 2017.
Francia ha crecido considerablemente, posicionando su cuota de mercado detrás de Nueva Zelanda (14% contra 16%), con un aumento notable en los volúmenes enviados en 2017 (+186% en comparación con el año anterior).
En materia de suero, Francia y los Países Bajos crecieron 15% y 27% respectivamente en la exportación de ese derivado, colocándose detrás de los Estados Unidos, líder del mercado con una cuota de mercado del 55%.
El monopolio de Nueva Zelanda sigue siendo la exportación de leche en polvo entera a China, con una cuota de mercado del 92%, seguida con un humilde 3% de Australia.