Mariano Luna trabaja en el INTA Pergamino. Llegó allí hace 15 años de la costa bonaerense, pues es nacido y criado en Villa Gesell, y luego de hacer estudiado agronomía en Balcarce. Es un especialista en insectos (entomólogo) que sabe mucho sobre todas las plagas que afectan los cultivos extensivos y, por añadidura, en las herramientas para enfrentarlas.
Como todos los mortales en medio de la cuarentena obligatoria, Luna se puso a reflexionar sobre lo que hace y cómo se hace. Una cosa que celebró en una charla con Bichos de Campo fue que con toda esta nueva movida de los cultivos de servicio (o de cobertura) estén proliferando insectos benéficos que cooperan para mantener a raya a ciertas plagas dañinas. Esto permite, por lógica, hacer un menor uso de productos químicos o insecticidas.
“Estamos viendo que con el cultivo de vicia invernal se está dando abrigo a enemigos naturales de las orugas, por ejemplo, notando un menor ataque por isocas”, mencionó el técnico.
Aquí la entrevista completa con el investigador del INTA Pergamino:
Luna remarcó que de este modo está resurgiendo un viejo concepto, que es anhelado por la mayoría de los técnicos: el “manejo integrado de plagas (MIP)”. Este concepto básicamente señala que los ataques de ciertas poblaciones de insectos sobre los cultivos son producto de numerosos factores que alteran la ecología. Por ejemplo, ante la ausencia de cierta especie depredadora de otra, ésta cobra fuerza y prvoca un mayor daño a los cultivos. Por eso se considera que el remedio no debería ser tan sencillo como aplicar un producto químico para eliminar la plaga. Desde esta visión, la insistencia de ir por este camino termina no siendo sustentable y a la larga se generarán resistencias que harán más insostenible la producción.
Desde la mirada del MIP, lo aconsejable es realizar manejos culturales en los cultivos y solo realizar una aplicación cuando no queda otra.
“Estos pensamientos datan de 1954”, recordó Mariano. “Así es, son de esa época, luego durante los años ’60 se implementaron y el los ’70 se crea el MIP como concepto”, agregó. Cuestión que la revalorización de este tipo de prácticas se basa en viejos conceptos.
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Según la definición del INTA, el manejo integrado de plagas se trata de un sistema de selección de técnicas de control integradas en una estrategia de manejo. O un sistema de regulación de plagas, que teniendo en cuenta su hábitat y la dinámica poblacional de las especies consideradas, utiliza todas las técnicas y métodos apropiados, compatibilizando al máximo su interacción con el objeto de mantener las plagas en niveles que no originen daños económicos.
Además de los cultivos de servicio, que están siendo adoptados por buen número de productores, Luna mencionó que los ‘corredores sustentables’ o las siembras bajo de los alambrados como técnicas muy valiosas para fomentar y dar refugio a los enemigos naturales de varias plagas. “Pero siempre debemos avanzar con precaución y monitorear de cerca las poblaciones, porque por ejemplo ahora está apareciendo una plaga,que es la mosca barrenadora del tallo de la soja que antes no estaba”, alertó.
Yendo un poco a la tecnología que Luna ve se aplicarán en un futuro no muy lejano, queda más que claro desde la cuarentena en casa que “sin duda todas las App para el monitoreo de los lotes es lo que se utilizará”, aseguró el investigador del INTA. “Todo lo que tiene que ver con drones que te permitan recorrer todo el campo y medir hasta defoliación, que es el daño que generan las orugas, y allí definir momentos de aplicación”, mencionó.