El derrumbe en el consumo que se registró durante los primeros meses del 2024, tras el salto devaluatorio y meses de alta inflación, empieza a mostrar señales de recuperación durante este año. Al menos en lo que respecta a los productos lácteos.
Enmarcados en una tendencia bajista histórica, y una primarización del consumo -fruto de la pérdida de poder adquisitivo en la clase media y baja-, el último informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) muestra que hay mayor estabilidad y crecimiento en el sector.
Aún sin llegar a los niveles del 2023, si se compara los volúmenes de ventas de abril del 2024 con el mismo período del año anterior, el crecimiento fue del 15,4%. Respecto a marzo de este año, el incremento fue del 2,8%. Tras la caída de 17 puntos que representó aquella primera mitad del 2024, desde OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea) aseguraron que ya se recuperaron 11.
Sin embargo, en esta mejora gradual del consumo interno todavía se observa una prevalencia de los productos con menos valor agregado, que son los más básicos dentro de los lácteos y los que son aún más demandados. Es el caso, por ejemplo, de las leches fluidas, los quesos al peso de segundas y terceras marcas y los yogures bebibles de litro.
Asimismo, de cara a lo que será el pico estacional de mayor producción lechera, que generalmente se da en octubre, desde el observatorio sectorial recordaron la importancia de mejorar la competitividad en el sector para recuperar las exportaciones y aprovechar los buenos precios internacionales que se han registrado.
“La industria se enfrenta al reto de mantener el crecimiento en un contexto de niveles normales de existencias y condiciones de exportación desfavorables debido a problemas cambiarios”, señala el informe, que pide no descuidar en su aspecto mientras se impulsa la recuperación de la demanda puertas adentro.
La información recabada es producto de lo establecido en la Resolución 230/16 de la Dirección Nacional de Lácteos (DNL), la normativa que establece cómo recolectar los datos de las ventas y producción. Dentro de ese esquema, el sector que mayor recuperación ha mostrado en los primeros meses del 2025 es el de los quesos, que alcanza niveles similares de ventas al 2023.
“Se prioriza por precio, al peso (fraccionados) y con prevalencia de productos más commodities (cremoso, barra y duros “frescos”) que especialidades”, destaca el informe de OCLA, que da cuenta de esa tendencia a la primarización del consumo de lácteos.
En la misma línea, los que más lentamente se recuperan son los productos de mayor valor agregado. En la comparación interanual, respecto a 2024, los postres lácteos y flanes sólo crecieron 0,9%, el dulce de leche un 11% y las leches saborizadas un 13,7%. Los que dieron mayores señales de recuperación fueron los yogures y leches fermentadas, de los que se vendieron un 17,4% más, y la manteca, que creció un 22%.
Así y todo, el dato positivo es que hubo mejoras en todos los rubros, y el que tuvo el mayor incremento fue el de las leches en polvo enteras y semidescremadas, que aumentó un 33% de forma interanual.
No obstante, el informe de OCLA también advierte por el incremento en las ventas de los productos análogos, que son muchos más baratos a los lácteos tradicionales y se vuelven más atractivos cuando el bolsillo aprieta. Es el caso de los rayados, bebidas con lácteos, margarinas y otros similares, que emulan a otros productos y suelen tener agregados de sodio y azúcares.