La mayor parte de los empresarios agrícolas argentinos van a encontrarle la vuelta para financiar la campaña 2023/24 luego del desastre climático ocurrido en el presente ciclo.
Los mayores perjudicados por la política crediticia discriminatoria renovada esta semana por el Banco Central (BCRA) no serán los productores, sino las entidades bancarias privadas, que verán como muchos de sus clientes recurren a canales comerciales (incluyendo esquemas asociativos) y bursátiles para conseguir los fondos necesarios para sembrar en el transcurso del presente año.
El hecho de establecer una política discriminatoria contra aquellos que no hayan vendido al menos del 95% de su cosecha de soja 2021/22 genera un mayor daño simbólico que económico, porque muestra que los administradores del Estado solamente están preocupados por asegurar el statu quo hasta el cambio de gobierno nacional en diciembre próximo.
Lo que suceda con las empresas y los trabajadores del sector privado mientras tanto, es una cuestión anecdótica, porque el objetivo central es llegar como sea hasta diciembre de 2023.
La soja es la única moneda real presente en la Argentina y, como tal, se emplea para abonar arrendamientos y afrontar los costos de la próxima campaña agrícola, de manera tal de intentar “acuñar” más monedas e incrementar la riqueza.
Establecer mecanismos coercitivos para promover el cambio de esa moneda real por pesos argentinos, es decir, por papel higiénico, es atentar no sólo contra las empresas agrícolas, sino fundamentalmente contra la capacidad de regeneración de la principal fábrica de divisas. Es atentar, en definitiva, contra la viabilidad de toda la Argentina.
La política discriminatoria, diseñada para obligar a los productores a ceder su capital de trabajo, es indispensable para poder mantener en pie el “cepo cambiario”, una brutal maquinaria de robo por medio del cual el Estado nacional se apropia de casi la mitad del valor generado por los exportadores para luego ofrecer de manera discrecional divisas a precios subsidiados a empresarios amigos.
En países vecinos, donde no se aplica esa maquinaria de robo, los dólares, en lugar de escasear, ¡sobran! Y sobran en tal magnitud que representan un problema para la competitividad de las exportaciones, porque tienden a apreciar el tipo de cambio local.
El problema de tolerar una discriminación leve, como la implementada por el BCRA en lo que respecta a la política crediticia, es que habilita al discriminador a subir la apuesta progresivamente. Si no se ofrece resistencia, nada impide implementar nuevos mecanismos orientados a forzar a la víctima objetivo.
Un día como hoy, exactamente quince años atrás, numerosos grupos de empresarios y trabajadores agropecuarios salieron a protestar a las rutas y paralizaron el país durante varios meses al enterarse de que el entonces gobierno de Cristina Fernández de Kirchner planeaba quedarse con más de la mitad de su esfuerzo por medio de un esquema tributario conocido como “retenciones móviles” (resolución 125).
El conflicto agropecuario, como se denomina a la rebelión fiscal ocurrida en 2008, finalmente logró desactivar esa iniciativa. Sin embargo, el kirchnerismo aprendió muy bien la lección y, desde entonces, en lugar de ir de frente, buscó alternativas que, además de resultar mucho más efectivas, también son más difíciles de escudriñar intelectualmente.
Así surgieron las “retenciones cambiarias” y las “retenciones encubiertas” (fideicomisos), las cuales, junto con los derechos de exportación, los cupos de exportación y el “manoseo” de los valores FOB oficiales, generan actualmente una extracción de recursos agropecuarios muy superior a la vigente en 2008 con las “retenciones móviles”.
Al poner en práctica la analogía de la “rana hervida”, el kirchnerismo demostró que los mismos que habían saltado furiosos cuando se los arrojó a una cacerola con agua hirviendo, se mostraban ahora sumisos y hasta conciliadores si se los ponía en agua tibia para ir aumentando poco a poco la temperatura hasta hervirlos por completo y servirlos en una cena en la cual, evidentemente, son el plato central del menú.
Gran nota. Totalmente de acuerdo. Somos ovejas entregadas. Nadie protesta. La cuarentena nos quemó el cerebro.
No sigan mintiendo, la 125 era para beneficiar al mediano y pequeño productor y ustedes le mintieron, en la ruta estaban los terratenientes que alquilaban los campos a los pules sojeros, y se olvidan que si no fuera por los camioneros que ellos son los que cortaron las rutas, ustedes no hubieran logrado nada
No mientan más
Y el que esta en la foto, que tanto se llenó la boca hablando fue el primero que le dio la espalda al campo , se olvidó de todo lo que dijo
sigamos discutiendo entre nosotros, mientras todos nuestros vecinos duplicaron producción en los últimos 10 años, nosotros seguimos exactamente igual. si eso no permite ver que tenemos un problema al ser el único pais de la región con impuestos a las exportaciones y un dolar oficial de mitad de valor, garantizamos 20 años mas de gobiernos ilustres
Los representantes del campo no nos representan….si no sus propios bolsillos… vergüenza…el campo sufre la peor crisis….se nos ríen en la cara ….las retenciones no deberían seguir …quieren terminar al mediano y pequeño productor….amontonamos como ganado para que tengamos que mendigarles planes ….y los grandes quedarse por nada con lo ajeno
No sigan mintiendo, la 125 era para beneficiar al mediano y pequeño productor y ustedes le mintieron, en la ruta estaban los terratenientes que alquilaban los campos a los pules sojeros, y se olvidan que si no fuera por los camioneros que ellos son los que cortaron las rutas, ustedes no hubieran logrado nada
No mientan más
Cuando los grandes timberos financieros quieran se van a quedar con más tierras buenas ; ya lo hicieron en el 78 79; en los 90 ; 2001 y en 2018.
Siempre explotaron al hombre de campo, somos los esclavos blancos, de los 10 años trabajé en el campo siempre de alpargatas y con poco para vivir dignamente, tengo 74 años ,nosotros somos un número se cargando de risa de la gente lo demás es verso
Cuando un conspicuo políticos dijo “Mí voto no es positivo”, desarmó lo que podría haber sido un cambio en Argentina, el dirigente de la foto como muchos otros entraron en la política partidaria y se mandaron a cuarteles de invierno, el campo sufrió otra pérdida de productores y ahora se viene un nuevo raleo y todo el sector lo ve pasar y sin saber que hacer, cuando lo que falta es una verdadera política agropecuaria que vaya más allá de la soja, pero para eso se necesitan dirigentes lúcidos y eso escasea cómo la lluvia.
De verdad? Por el peronismo/kirchnerismo/populismo/comunismo o como se les salga de los huevos llamarlo este país pasó de ser una posible potencia mundial al próximo Venezuela y ahora se dan cuenta que esta mal asfixiar con una correa de acero inoxidable a las empresas agropecuarias que son de las mas grandes propias de nuestro país? Lo peor es que van a subir y van a seguir afanando plata para ellos, total Cristina ya está tranq tiene 1/4 del país en el sur
Los que no aprenden son las bostas de campo que cuando les tocan el bolsillo salen con cartelitos de “el campo somos todos” pero tratan a la moneda nacional de papel higiénico.
Si el campo somos todos, entonces no contribuyan a la desvalorización de nuestra moneda porque eso sólo beneficia a las bosta de campo en perjuicio de todos.
Encima todavía piden que todos los Argentinos subsidiemos al campo por la sequía que es consecuencia del desmonte que las mismas bostas de campo generan.
Queda clarito que el campo no somos todos.
Está excelente la medida. El que no liquida la soja que supuestamente es de todos, que no pida ni un “papel higiénico” prestado.
Si los pesos Argentinos son papel higiénico, ¿¿¿porqué se quejan de no tener acceso a créditos en pesos Argentinos???