Corremos un serio riesgo de que el presidente Javier Milei considere esto como un éxito de su gestión y saque a relucir el dato en su próximo discurso. Es que suena muy lindo escuchar que el precio de la leche en la Argentina subió nada menos que 40% en dólares entre enero de 2024 y el mismo mes de 2025. Tan lindo suena, que los productores argentinos de este alimento han pasado de cobrar la leche más barata del mundo a una de las más caras. Y en solo un año. Viva la libertad, carajo.
¿Será tan así? ¿Existe otra actividad que haya incrementado sus ingresos un 40% en dólares?
Es lo que sucedió con la lechería, donde el precio pagado a los productores a comienzos del año pasado se ubicaba en los promedios históricos de 30 centavos de dólar por litro. En ese momento, según una comparación publicada por el OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea), luego de la gran devaluación con la que Milei arrancó su gestión, la Argentina producía la leche más barata en todo el mundo. En Uruguay el producto se pagaba a 0,36 dólares, en Chile 0,45, en Brasil 0,43, en la Unión Europea 0,50, en Estados Unidos 0,49, en China a 0,51 y en Nueva Zelandia, el faro de la lechería, a 0,36 dólares por litro.
Un año después luce impresionante lo que sucedió, porque en Argentina el valor de la leche en dólares trepó 40% en dólares, para ubicarse en enero pasado en casi 43 centavos de dólar. De este modo, los productores argentinos pasaron a estar en el cielo desde el infierno, pues sus ingresos en dólares superan ahora a los de sus pares de Uruguay, Brasil, Nueva Zelandia y hasta China.
Los tambos argentinos cobran ahora uno de los valores más elevados del planeta.
Con los datos de febrero, en base a los precios promedio pagados al productor registrados en el SIGLEA, la situación es todavía mejor, pues el precio en dólares de la leche mejoró levemente a 0.429 dólares por litro. Este indicador es producto de dividir el precio en pesos, que fue de 447,42 pesos por litro en febrero, por el tipo de cambio oficial del Banco Nación. Medida en moneda nacional, la suba interanual de la leche es aún mayor, de más del 80%.
Muchos productores están de festejo: rara vez en la Argentina el precio de la leche que cobran había superado los 40 centavos de dólar y ellos sienten que es un escalón desde el cual será difícil retroceder.
Hay datos estructurales que colaboran para desencadenar este resultado y también preanuncian que podría no durar demasiado. El primer indicador relevante es que durante todo 2024 ha faltado leche, pues ha descendido la oferta producto de la sequía de hace dos años, que tenía a los tamberos contra las cuerdas. Eso tonificó los precios tanto en pesos como en dólares, sin dudas.
Durante casi todo el año pasado la oferta fue mostrando caídas en la oferta, que repercutieron en un precio más elevado. Recién hace tres meses, a partir de noviembre de 2024, la producción comenzó a mostrar indicios de recuperación y supera la del mismo mes del año pasado. En enero, por ejemplo, la oferta de leche desde los tambos fue de 880 millones de litros, con un crecimiento del 5,6% respecto de igual mes de 2024.
Aún así, sumando los últimos 12 meses, la producción de leche está 5% abajo.
El otro dato clave que explica por qué razón los productores lecheros argentinos son de los que cobran más caro en todo el mundo es el atraso cambiario.
Si la evolución del valor de la leche en Argentina ha sido de 82% en pesos (comparando enero de 2024 con el mismo mes de 2025) y de menos de la mitad en dólares (el mencionado 40%), es más que obvio que la paridad cambiaria entre ambas monedas no ha ido al igual ritmo. Y que esto distorsiona bastante todo el escenario. El atraso cambiario (o la apreciación del peso frente al dólar) construye este espejismo de la leche cara en dólares. Sucede con todos los rubros de la economía.
Por ahora es un momento de disfrute para el productor, ya que con un mejor ingreso en dólares ha mejorado muchísimo la capacidad de compra de ese producto frente a los principales insumos de un tambo, en especial los granos y las pasturas para alimentar a las vacas lecheras.
Pero además, con este mayor precio que viene cobrando la participación final del productor respecto del precio final de los productos lácteos ha crecido de modo llamativo: “La participación del productor en el total del sistema fue para enero de 2025 del 34,6%”, dice el OCLA. En enero del año pasado era de 32,4%. La mejora es de 2,2 puntos porcentuales.