Juan Manuel Garzón y Valentina Rossetti, don especialistas del IERAL de la Fundación Mediterránea, actualizaron los datos disponibles sobre el negocio de la carne porcina y concluyeron que la actividad pisó el freno luego de varios años de crecimiento.
“El ímpetu que traía la cadena ha menguado mucho en los últimos meses y lo ha hecho desde la raíz, desde la producción de animales, que parece haber entrado en una meseta de la que está costando salir”, advirtieron los analistas cordobeses.
El documento evalúa, en función de los datos disponibles, que cuando se acerca el cierre del 2019 la producción de carne está convergiendo a una tasa de crecimiento de entre 1,5% y 2,5% anual, lo que representa “una gran desaceleración en el ritmo de expansión que se traía desde hace más de una década”, y que era de más del 8% promedio año entre 2007 y 2018.
“La ausencia de inversiones importantes en nuevas granjas y/o en ampliación de establecimientos existentes (básicamente incremento de madres en producción) es uno de los factores que explica el menor dinamismo”, explicaron los expertos del IERAL. Otra razón esgrimida tiene mejor tinte, pues vincula este amesetamiento al hecho de que “las granjas medianas y grandes se han acercado mucho a los estándares productivos de países líderes, las mejoras de productividad a las que se puede aspirar se van haciendo más pequeñas”.
Lo cierto es que hay menos inversiones para producir carne porcina. Garzón y Rossetti explican esta situación en “la reducción de márgenes, las restricciones financieras, ciertas fallas en la implementación del IVA (saldos técnicos a favor en el IVA inversiones), y particularmente la incertidumbre respecto al futuro de la economía argentina”. Clarito: el contexto no ayudó al cerdo.
El consumo interno, que fue la gran locomotora de esta producción en los últimos tiempos, “se está ubicando cerca de los 15 kilos promedio por habitante, pero con tendencia estable o a la baja, que coincide con lo que está pasando con la producción y las importaciones”.
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En este escenario, dice el trabajo que es probable que el año cierre con un consumo igual o levemente inferior al de 2018, lo que es toda una novedad considerando que el mercado interno venía creciendo en 1 kilo por año desde el 2012 hasta el año pasado.
En materia de márgenes, luego de un 2018 adverso para el sector, con rentabilidad negativa durante muchos meses (debido sobre todo al fuerte reacomodamiento de los precios del maíz), “el excedente económico que obtienen las granjas muestra una recuperación en 2019 en los distintos tipos de establecimientos, aunque con importantes matices”, indicó el documento.
Así, en los planteos caracterizados como de productividad baja (2.563 kilos por año) la recuperación de márgenes solo alcanza para reducir el rojo y las granjas llevan perdidos en promedio 2,8 pesos y 0,2 pesos por kilo de capón producido en lo que va del año (para dos modelos de establecimientos de 250 y 500 madres respectivamente.
Por su parte, las dos granjas denominadas de alta productividad (3.536 kilos por año) muestran márgenes positivos y superiores a los del 2018, con 7,3 y 9,2 pesos, promedio por kilo, para los dos casos de 250 y 500 madres.
Para los analistas de la Fundación Mediterránea, “si bien los costos han seguido creciendo con fuerza, incluso a mayor ritmo que en el 2018, los márgenes se recuperan gracias al gran desempeño del precio del capón”, que mostró hasta noviembre una suba interanual del 78%, contra el 69% de los costos totales.
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De cara al futuro, los expertos analizaron que “hay un cambio de gobierno y seguramente de políticas económicas y comerciales. Es altamente probable la suba de derechos de exportación sobre granos y harinas proteicas, medida que podría bajar costos de alimentación en establecimientos de producción intensiva de animales”.
Aunque advirtieron que “a su vez hay riesgo de suba de derechos de exportación sobre carne bovina (y quizás todas las carnes), lo que se reflejará en menores precios de hacienda y por carácter transitivo de sus animales competidores, caso del capón o el pollo”.