Los productores de peras y manzanas en el Valle de Río Negro y Neuquén se preparan para otra cosecha con números en rojo y por eso buscan generar herramientas comerciales a partir de las cuales puedan obtener alguna rentabilidad o al menos sobrevivir.
Sebastián Hernández, presidente de la Federación de Productores de Fruta de esa región explicó el drama que sufren hace décadas y que parece importarle poco a sucesivos gobiernos nacionales.
Hernández indicó a Bichos de Campo que la cosecha de peras y manzanas será de aproximadamente 1,2 millones de toneladas cuando hace una década era de 1,8 millón. La Argentina –aseguró– se dio “el lujo” de que caiga su producción de esas dos frutas en un 33% y “a nadie se le movió un pelo”.
Esa merma es consecuencia de la salida de productores del sistema. Hernández dijo que hace 25 años había unos 7000 y que ahora, si bien quedan alrededor de 1200, tales cifras están infladas porque comprenden gran cantidad de subdivisiones de chacras producidas por recambio generacional.
Los productores este año, por la fruta entregada en enero-febrero, van a terminar cobrando entre 10 y 12 $/kg, mientras que el costo de producción promedio ronda los 20 $/kg, explicó el dirigente rural, para luego agregar que “el abuso comercial es costumbre y cotidiano” en el sector.
“Los productores van a recibir alrededor del 50% del costo de producción; esas pérdidas son en la chacra, pero no en toda la cadena, porque otros eslabones tuvieron avances y aumentos”, aseguró.
¿En qué consiste ese abuso comercial? “Sólo el 8% de los productores son grandes empresas que guardan fruta y la tiene hasta fin de año, mientras que el resto la entrega en cosecha y desde ese momento ya no es suya. Y en diciembre te hacen la liquidación final, porque ahí uno se compromete en la entrega de la cosecha que sigue y entonces te dicen que el mercado no dio y que tuviste descartes que no había cuando entregaste la mercadería”.
Es decir: el productor cobra en cuotas en pesos –en un contexto de alta inflación– y queda a expensas del manejo de los demás eslabones de la cadena comercial.
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Para evitar que el proceso de concentración se profundice, muchos comenzaron a vender fruta a reparticiones del Estado de la provincia de Río Negro con el objetivo de lograr saltear a los intermediarios que le venden al gobierno provincial. El destino de la mercadería son comedores comunitarios, colegios y hospitales.
“En Río Negro entregamos durante el año y a pesar de la pandemia peras y manzanas, papas, cebollas, hortalizas de la región e incluso intercambiamos naranjas con otras regiones para entregar a los chicos”, explicó el dirigente gremial.
Esa estrategia dio tan buenos resultados que ahora quieren expandirla a otras regiones argentinas. “Esta semana tendremos reunión con el ministro de la Producción de Formosa (Raúl Omar Quintana) y el de Río Negro (Carlos Banacloy) para llevar peras y manzanas allá y traer bananas (desde el norte). También se comprometió el ministro de Agricultura de la Nación (Luis Basterra) para arrancar la iniciativa con municipios de Buenos Aires. Lo bueno de todo esto es que se puede hacer y que en el programa le liquidamos al productor el costo y una utilidad del 3 a 4%”, finalizó Hernández.