Por Nicolás Razzetti (@NicoRazzetti).-
El año había arrancado muy mal para la ganadería. La seca del primer trimestre del año hizo temer lo peor y adelantó la salida de terneros de invernada, que se vendieron con bajo pesos y precios inferiores a los esperados por la sobreoferta. El achique de los campos obligó a los criadores a reducir sus planteles de madres, lo que deprimió todavía más los precios de los vientres. Hubo un aumento de los envíos a faena, que llevaron a la participación de las hembras a más del 45% del total en los últimos meses.
Pero el otoño arrancó con lluvias abundantes y temperaturas más bien primaverales. Esa combinación reverdeció los campos ganaderos y el ánimo de los productores, especialmente de los criadores. De la mano del clima, mejoró también el precio de la invernada y de los vientres.
En el caso de los terneros el primer efecto fue el freno a la continua caída de los valores. Luego se comenzó a ver una recuperación, que llevó a los precios a niveles un poco por debajo del pico de la primavera pasada. Por terneros machos de 180 kilos se pagan entre $38 y $42 por kilo vivo (cerca de 8 mil pesos por animal), con picos de $45 por los ejemplares más livianos.
Se espera que con el paso de las semanas, y debido al recorte en la oferta por la alta venta de principios de año, los valores se afirmen todavía más, puesto que es poco lo que queda por negociar.
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Pero la mejor noticia para la cría es la recomposición del precio de los vientres, ya que los valores de las vacas se venían repitiendo en los últimos dos años. Los criadores vendieron primero vientres para achicar planteles por la falta de pasto. Después hicieron los tactos y mandaron a faena los animales improductivos. Más tarde se encontraron con la recomposición de la base forrajera (gracias a las lluvias de abril y mayo) y con valores tentadores de las vacas.
En este segmento, una mayor demanda impulsó los precios hacia subas en torno al 10/15%. El precio de la vaquillonas preñada saltó de 14/15 mil pesos a 17/18 mil pesos. Eso significa que se necesita algo más de dos terneros para reponer un vientre, algo por encima del histórico 2 a 1, según señalan los consignatarios consultados.
La ecuación también es conveniente para los mismos ganaderos que vendieron vacas gordas con destino a la exportación. Esa categoría, dependiendo del estado, se vendió a entre 12 y 15 pesos, por lo que hace falta mucho dinero más para para reponer un vientre nuevo. Por delante queda la temporada de remates de cabañas y la venta de vientres para rodeos generales. Los operadores creen que si el clima ayuda el productor está dispuesto a invertir.
Precio promedio mensual por cabeza. Ternero de 160 a 180 días. Pensar que hay gente que sigue esperando el pico de precios a la zafra. pic.twitter.com/YiSGM3C2co
— Matías A. Sara 🐂 (@Contalito) June 5, 2018
La mejora de precios también alcanzo en las últimas semanas a las categorías para faena. La devaluación del peso, las subas de costos y las mayores exigencias fiscales del sector comercial/industrial llevaron a un nuevo piso en las cotizaciones. Tanto el novillo, como la vaca y el ternero aumentaron entre 10 y 15% respecto de los valores que había a principios de abril.
En adelante, y con respecto a la oferta de hacienda para consumo, se espera una alta oferta, formada por las existencias que todavía están en los feedlots. De todos modos, teniendo en cuenta los diferentes momentos de encierre en los corrales y el efecto “barro”, que demora las conversiones, es probable que la salida se estire durante todo el segundo semestre, lo que evitaría un pico de oferta y bajas pronunciadas.
En cuanto a lo que va para exportación, se aguarda una mejora en los precios del novillo por la mejora competitiva de los frigoríficos, gracias al nuevo tipo de cambio. Esa mejora de los precios podría ser todavía mayor en las vacas, cuya oferta se reduciría mientas que se mantendría firme la demanda de China y Rusia.