Pasan los días y, a pesar de la mejora en el régimen de precipitaciones, los efectos de la sequía se van traduciendo en números que dan cuenta de las complicaciones productivas y económicas que dejó.
Gonzalo Agusto, economista de la Bolsa de Cereales de Córdoba, indicó ayer en una charla ganadera realizada por Fifra que en la provincia “había una producción potencial de 41 millones de toneladas de soja y maíz, pero que se producirán 21, lo que significa la producción más baja en 11 años”.
En el caso de la soja, la cosecha sería de 6,4 millones de toneladas contra las 11,6 del año pasado, lo que da cuenta de una caída de casi 50%. En maíz llegaría a 12,9 millones de toneladas, un 36% menos que el año pasado, equivalente a 7,4 millones de toneladas menos.
Esto se traducirá este año en “una caída del producto bruto de la producción de 7.700 millones de dólares que equivalen a 600.000 viajes en camión”. En cuanto a los rindes, en el caso del maíz apenas promediarían los 54 quintales contra los 75 del año pasado. La caída sería del 30% a lo que hay que agregar la baja en la calidad del producto.
presentación Agusto Fifra (1)A modo de ejemplo podemos mencionar que en localidades de la zona núcleo como Marcos Juárez, “en soja el resultado neto es negativo en 178 dólares por hectárea, y en maíz en 232 dólares por hectáre”. Lo mismo sucede con localidades como San Justo, Río Tercero Arriba o Totoral. “En toda la provincia hay pérdidas económicas y habrá necesidades de refinanciar pasivos”, sostuvo Agusto.
El faltante tendrá también su afectación en los costos de las transformaciones, entre ellas en la actividad ganadera que deberá competir con las demás por el poco maíz y la poca soja disponibles, para la formulación de las dietas intensivas que serán más requeridas por la falta de pasturas.
Ante el escenario de escasez de granos de este año, el analista destacó la posibilidad de que el gobierno ponga en marcha un “dólar soja 3” o un “dólar maíz”, lo que abriría ventanas de oportunidad comercial para mejorar el ingreso, aunque eso no compensará las pérdidas que causó el clima. Esto podría generar aumento de costos para otras industrias transformadoras, trasladándose a una mayor tasa de inflación.