Nicolás Ayling es un típico productor de ovinos en la Patagonia, de aquellos que llevan varias generaciones haciendo este tipo de producción a gran escala. En su caso lleva 45 años trabajando en el Establecimiento Media Luna, ubicado en Aldea Beleiro, Chubut, (a tan solo 5 kilómetros del límite con Chile). Nicolás recuerda que desde los seis años ya andaba entre las ovejas. Hoy se ha diversificado un poco y también cría vacunos y hace algo de agricultura bajo riego.
Ayling se considera un gran productor de ovinos, no tanto por la superficie que maneja sino por las existencias de ovejas. También sabe que es un privilegiado, pues en su zona llueven cerca de 400 milímetros al año y puede poner algo así como 1 oveja por hectárea, lo que es impensable en otras regiones de la Patagonia. “En la zona de meseta manejan hasta 5 hectáreas por animal”, describió a Bichos de Campo.
Aquí la entrevista completa con el productor chubutense:
En toda la Patagonia existe un deterioro muy grande de los pastizales producto de la desertificación que ha ido dejando el manejo tradicional de los ovinos. La oveja ejerce una presión muy grande en aquellas especies vegetales más apetecibles y las terminan matando, dejando lugar a la tierra desnuda. Y la deserción y abandono de establecimientos ganaderos ya es alarmante, se calcula que el 40% de los campos patagónicos están abandonados.
“Se está dando el proceso inverso a la colonización de estas tierras. En un comienzo se pobló la zona costera, de mayor humedad, de la ruta 3 hacia la costa; luego la precordillerana, de la 40 hacia el límite con Chile; y por último la zona media, que ahora es la primera que se está despoblando”, explicó Ayling.
En el medio, consideró, “nunca hubo una política de fomento a la producción ovina y siempre contamos con retenciones a la lana, que ha llegado hasta el 35%, pasando por 10% y ahora con los tres pesos por dólar exportado”.
En cuanto a la demanda y precio mundial de la lana, el experimentado productor analiza que el valor actualmente no es malo. “Ha llegado a los 9 dólares el kilo y hoy se ubica cerca de los 7, que no es malo. El tema es la total dependencia de China: si ellos estornudan nosotros nos resfriamos”, señaló.
“Falta claramente un plan de políticas públicas que oriente a los productores, aborde el tema de cambio climático, facilite certificaciones -por bienestar animal y orgánico-“, destacó el productor chubutense.