A partir de octubre pasado ni el sector tambero ni el industrial lácteo está ganando dinero porque los costos equiparan o superan los ingresos generados.
Así lo muestra la última actualización de los modelos de referencia realizados por el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco) en conjunto con el INTA, en el cual el tambo bonaerense promedio está cambiando la plata, mientras que en el resto de las cuencas las empresas lecheras pierden dinero.
Las Pymes lácteas vienen perdiendo también toneladas de dinero en el último año, al tiempo que las grandes industrias están, en promedio, en el punto de equilibrio (situación que, vale remarcar, es promedio, porque aquellas que tienen muchos productos dentro del programa oficial de “precios máximos” están operando con números rojos).
El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) solicitó a los técnicos de Iapuco que “corrieran” diferentes escenarios para intentar visualizar cuáles son las variables que deberían modificarse para que los números del sector vuelvan a terreno positivo.
La primera evidencia es que, en la actual coyuntura, la sola eliminación del derecho de exportación del 9,0% sobre el valor FOB de la leche en polvo ya no es suficiente para revertir los números rojos. La solución está en aumentar un 15% el precio mayorista de los lácteos comercializados en el mercado interno.
Aunque, en este caso, el término “aumentar” no es del todo apropiado, porque los precios de los lácteos tienen un atraso del orden de 29 puntos respecto del promedio general de alimentos básicos.
Es decir: los lácteos deberían ajustarse a un nivel cercano al del resto de los alimentos de la canasta básica para poder compensar la creciente desvalorización del peso argentino (fenómeno más conocido como “inflación”).
Pero existe un problema: la mayor parte de los lácteos de consumo masivo deben comercializarse con precios máximos determinados por la Secretaría de Comercio Interior. Por medio de la resolución 473/20, ese organismo ordenó prorrogar hasta el 31 de enero de 2021 la resolución 100/20, a través de la cual se congeló desde marzo pasado el valor mayorista de una gran cantidad de bienes considerados esenciales, lo que afectó especialmente al sector lácteo.
“Se podría concluir que los efectos de control de precios en el mercado doméstico y los derechos de exportación, reducen notablemente los ingresos de la cadena láctea y afectan el resultado de sus dos eslabones, los que con costos creciendo muy por encima de sus ingresos, ven seriamente afectada su situación actual y futura”, concluyó el informe de Ocla.