La casa de la apicultora Marisel Codesal en Lincoln está llena de gente y risas. Pero ella nos recibe con amabilidad y tiempo suficiente para contarnos la historia de su amor por la miel, que viene desde la cuna.
Marisel es nacida en el pueblo cercano de Facundo Quiroga, partido de 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires. En muchos campos de la zona y en otros más alejados tiene sus colmenas. Y también su pueblo natal montó su planta elaboradora de miel, donde extrae no solo miel sino que produce una serie de derivados de este dulce y nutritivo alimento, bajo la marca “Quiero miel”.
“No quiero hacer una nota como siempre, que me hacen contar mi historia”, nos recibió Marisel. Nos propusimos entonces entender los múltiples usos de los productos extraídos por la apicultura.
Mirá la entrevista:
-¿Cuántos usos le encontrás a la miel y a la actividad apícola? Porque recién vi que tenés un bidón de “cera de abejas” para pisos.
-Nadie sabe la cantidad de productos que salen de la colmena, pero tenés productos cosméticos, propóleo, que es antiséptico, antibiótico, bactericida, antifúngico.
-¿Qué es el propóleo?
-Es como una piedra sólida con la que en invierno la abeja va tapando todos los agujeritos de la colmena, para que ésta se mantenga sana.
-¿Es como una cerradura de colmenas?
-Impermeabiliza la colmena, la aísla de la humedad del ambiente, etc.
-‘Entonces no tiene nada que ver con la miel?
-Nada que ver. Es como una cera dura, a la que nosotros tenemos que procesar con alcohol vegetal para ablandarla, porque es durísima. Después tenés jalea real, que es alimento de su majestad la reina, ella es la única que la come.
-¿La jalea real es una especie de miel, pero de calidad superior?
-No, tampoco es miel, pero no me preguntes por su composición porque no la se. Es muy amarga. Nosotros elaboramos 25 gramos de miel con 5 gramos de jalea real, en un potecito, y lo registramos. Se debe consumir la cantidad de una espatulita, sublingual, cada mañana. Se dice que quien la consume, obtiene la juventud eterna, porque ayuda a regenerar células.
-¿Y el proceso de extracción?
-Es casi nada, lo que sacás por celda, con una espatulita.
-Quiero llegar a la cera para los pisos.
-La cera es porque yo trato de aprovechar todos los productos de la colmena y darles todos los usos que se puedan. Los usás para limpieza, cosmética, para depilar, etc.
-¿Y de dónde sale la cera?
-La fabrican las abejas para hacer los panales donde su majestad (la Reina) va a poner la cría, el huevo.
-¿Como el colchón suntuoso de la reina?
-Yo la uso diluida, para lustrar muebles, y sin diluir para lustrar y sellar los pisos. Y para hacer velas.
-¿Y esto qué es? (decimos tomando uno de los frasquitos)
-Es polen, que es lo que juntan las abejas. Lo vendemos granulado y seco, porque si le dejáramos la humedad se llenaría de hongos y esporas, que no son buenos para la salud. Tiene 22 aminoácidos, influye en el sistema inmune del organismo, se dice que es afrodisíaco, femenino y masculino. Conviene triturarlo con los dientes para que el organismo lo digiera mejor y pueda asimilar todas sus propiedades. Algo que nadie dice es que si lo disolvemos en una infusión a más de 40 grados, se le quitan propiedades a la miel.
-¿Qué más sacás de la colmena?
-Miel orgánica y convencional.
-¿Cuál es la diferencia?
-La miel convencional es de las praderas de esta zona. Abarcamos un radio bastante grande. Y comúnmente en esta zona se fumiga.
-¿Y cómo sabés a qué calidad pertenece cada miel?
-Por los análisis químicos que me dicen si tiene humedad o no, glifosato o no. Si nos matan una colmena, podemos saber por qué y así podemos saber si podemos sacar una miel o no a la venta. No saco nada sin analizar y puedo garantizarte la calidad gracias a los análisis.
-¿Y cómo podés asegurar que la orgánica es tal?
-Porque estamos certificados por la Organización Internacional Agropecuaria (OIA) y este año saldrá nuestra miel con el sello de calidad que otorga la Secretaría de Agricultura. Y libre de gluten. Te cuento que este año tuve varias bendiciones: salí nominada como Mujer Rural, y una de mis mieles salió premiada en una selección de más de 500 muestras. Además, mi miel fue declarada “Monoflor”.
-¿Qué significa eso de monoflor?
-La ley argentina considera así cuando la miel tiene al menos 45% polénico, de polen de una sola planta. Y la mía tenía 82,7 % polénico de cardo. Al mes nos premiaron otra miel con 82% de chilca. Yo, que lo busqué tantos años sembrando alfalfa, trébol, girasoles, metiendo las colmenas en el medio y nunca lo había logrado, este año me vino de arriba. Estas mieles Monoflor son de nuestras colmenas en San Luis.
-¿Y qué hiciste? ¿Retaste a las abejas para que vayan a una sola flor?
-No hice nada, se ve que a las abejas les gustó más esa flor o sólo había esa flor o esa tenía más néctar.
-¿Es más valiosa la Monoflor, no digo en plata, sino en calidad o propiedades?
-En Argentina no, pero en otros países sí. Como una Denominación de Origen (DO).
-¿Tenés los panales en campos propios?
-Yo tengo mi lugar cuando necesito trasladar un apiario, pero las colocamos en campos ajenos, en los partidos de Lincoln, Los Toldos, Casares, 9 de Julio, Pinto y Villegas. Para la miel orgánica tenemos colmenas en Unión, San Luis, donde no hay contaminación y les pagamos un alquiler con kilos de miel. En cambio acá nadie te cobra porque las abejas les polinizan los campos. Las mieles declaradas Monoflor son de nuestras colmenas de San Luis.
-¿Y cuántas colmenas tienen por apiario?
-En cada apiario tenemos entre 50 y 80, porque en esta zona no dan como antes. Acá se siembra y fumiga todo y van corriendo a las abejas. Donde hay tambos zafamos bastante, porque las pasturas también nos ayudan, aunque enseguida vienen cortando, pero también hay cardo. En San Luis tenemos apiarios más numerosos.
-¿Entonces en total cuántas colmenas manejás?
-Por ahora, 1200.
-¿Eso te hace una productora chica, mediana o grande?
-Chica, y no podría llevarlo a cabo sin la ayuda de mis colaboradores como Sergio Adrián Moyano, la ingeniera técnica Damiana Richard y la ingeniera en alimentos Rocío Tubio. Tengo la planta habilitada hace 10 años, donde hago extracción, acopio y fraccionado de la miel en Facundo Quiroga. Hago fraccionamiento hace 6 años.
-¿La planta funciona al ritmo de las abejas? ¿Trabaja cuando ellas trabajan?
-Sí, sacás miel en la época que hay y no importa si es sábado o domingo. Nosotros somos de campo. Miramos el cielito todos los días. Estamos con sequía. En esta zona la cosecha empieza después de Navidad o en enero. En Unión, al norte, puede empezar antes. Hacemos núcleos, dividiendo las colmenas para hacer nuevas y reponer lo que hayamos perdido, las abejas que hayan muerto. Hoy cuidamos los costos al máximo. Además no conseguimos gente que quiera trabajar y menos si es con abejas que te pican.
-Por ahora generás trabajo a tu pueblo natal. ¿Exportás?
-Mi sueño es exportar y vender más cantidad porque mi temporada de cosecha es muy corta, y entonces sí podría dar más trabajo, porque todo lo que produciría lo estaría fraccionando. No aspiro a ganar el mercado interno en cuanto a la venta de miel fraccionada, porque en las góndolas chinas se venden frascos a muy bajo precio y la mayoría busca precio, no calidad. Yo busco tener cada vez mayor calidad para exportar.
-¿Y cuál es el impedimento?
-El problema hoy está en el Estado que a veces te deja exportar y otras veces no. Y vamos sorteando problemas. El precio de la miel no tiene relación con nada, ni con la hacienda, ni con la soja, ni con nada. Tenés tres años de mala cosecha y no tenés precio, cuando de repente viene un año en que el precio de la miel pega una salto y no sabés por qué, pero te acomodás un poco. Este año empezó muy bien, pero después la seca hizo que las flores no tuvieran néctar. En San Luis se nos prendieron fuego unas 200 colmenas y por milagro sólo perdimos cuatro. Una camioneta se quedó en la banquina e hizo un chispazo que por la sequía prendió fuego el pasto y nos llegó a las colmenas. Acudió la gente de la zona con palas para apagar el fuego, llegaron los bomberos y al final lograron salvar la mayoría de las colmenas.
-La Argentina no suele vender la miel fraccionada. En general venden los tambores.
-Yo la vendo fraccionado y elaboro productos derivados. Soy maestra jardinera, jubilada y tengo un taller textil de 30 años, “Miel Productos Textiles”, que estoy cerrando. Pero mi pasión son las abejas.
-¿Y cómo empezaste?
-Viviendo en el campo con mis padres y abuelos, con las colmenas, haciendo material desde chica. Mi abuelo italiano le regaló sus colmenas a mis padres cuando se casaron.
-Dijiste que es difícil conseguir mano de obra, que los argentinos no somos grandes consumidores, que se fumiga mucho. ¿Tenés miedo de que esta actividad se termine?
-Mi única hija es alérgica y no puede seguir lo mío. Mi nieto, no se, pero es mi mejor consumidor de miel. Como decía Einstein, si esta actividad de terminara, en poco tiempo se acabaría el mundo.